@principerojo:
Hola a toda la comunidad de Relatos de la Media Noche. Hoy quiero contarles la experiencia paranormal que he estado viviendo en el departamento donde vivo.
Soy originario de Choco, un pequeño pueblo de Chocoland. No obstante, debido a la universidad y una mejor vida, me mudé a la Ciudad Voidod.
Al llegar a la capital, inmediatamente me instalé en un pequeño departamento que conseguí por línea. Dicho departamento se encuentra en uno de los edificios en la zona de apartamentos, específicamente al lado de uno llamado "City and Lights" conocido por lo costosos, lujosos y seguros que son sus apartamentos. Es posible que muchos lo conozcan y por lo mismo, saben que el edificio donde vivo es lo opuesto a él. Por ser más simple, barato y lo más importante, está lleno de "fantasmas".
Esto sin duda no lo sabía hasta que algunos de mis compañeros foráneos de semestres avanzados de la Universidad me dijeron que yo vivía en un edificio embrujado pues algunos ya se habían quedado ahí por la cercanía de la Universidad y el accesible precio, y habían vivido experiencias paranormales que los hicieron cambiarse de residencia (experiencias que espero alguna vez se animen a compartir por aquí).
Esto sin duda, no le tomé la importancia que se le debía. Creí que me estaban jugando una mala broma. Sin embargo, pronto me daría cuenta que estaban hablando en serio...
Y es que a una semana de vivir allí, mientras dormía, alguien tocó la puerta.
Toc toc toc.
A pesar de mi sueño pesado y de que los golpes no eran fuertes, me despertaron. Vi mi celular y eran exactamente las 3:00 am. Como seguía adormilado, pensé que escuché mal, pero para mi sorpresa, otra vez volvieron a tocar la puerta. Esta vez de manera más fuerte.
Extrañado, me levanté de la cama y caminé hacia la puerta. Pregunté quién era y los golpes cesaron. Volví a preguntar, nadie contestó. Miré por el mirador de la puerta, pero no había nadie al otro lado. Eso sin duda fue demasiado extraño, pero asumí que solo seguía dormido y que todo era mi imaginación. Me alejé para volver a la habitación. De repente, tocaron otra vez, esta vez de manera violenta.
De nuevo vi por el mirador, pero no había nadie. Entonces, abrí la puerta y para mi sorpresa, no había nadie en el pasillo y tampoco se escuchó que alguien hubiera corrido a esconderse. Totalmente asustado, cerré la puerta con seguro y rápidamente me dirigí a mi habitación para cubrirme con las cobijas. ¡No entendía que había sido eso!
Sin embargo, quise asumir que todo había sido un sueño y decidí seguir durmiendo. Fue entonces que cada vez que llegaba al departamento a eso de las seis de la tarde, escuchaba como en el departamento de arriba, alguien se movía mucho en silla de ruedas. Asumí que algún vecino tenía que usarla. No obstante, eso no quitaba que fuera muy ruidoso tales movimientos y que tuviera que escucharlos todos los días a la misma hora ¡por dos horas seguidas!
Aun así, al ser alguien pacífico, nunca fui a quejarme, pues traté de ser comprensivo con la persona que vivía arriba debido a su discapacidad. Por lo que solo me ponía mis audífonos con el volumen alto y hacía mis cosas. Total, al menos los ruidos no se escuchaban cuando ya tenía que dormir.
Fue así que los días pasaron, hasta que nuevamente, a las 3:00 am me despertaron los golpes de la puerta. Asegurándome de que esta vez no estaba soñando, me levanté de la cama y caminé hasta pararme enfrente de la puerta. Para mi asombro, por la rendija de abajo, pude ver la sombra de alguien.
"Sé que estás ahí" la voz juguetona de una mujer de la tercera edad, se escuchó del otro lado.
Sin abrir, miré por el mirador. Y esta vez, sí vi a alguien. Era una viejita muy delgada, con el cabello completamente blanco, largo, desordenado y suelto. Estaba en silla de ruedas y miraba fijamente a mi puerta.
"Disculpe señora, ¿puedo ayudarle en algo?" pregunté.
"¡Estás ahí!" emocionada, soltó una risa burlona que me dio escalofríos. Entonces, alzó la mirada viendo fijamente hacia el mirador. "También puedes verme, ¿verdad?"
Mostró una gran sonrisa, mostrando unos dientes amarillos y podridos. Sin embargo, eso no fue lo que me petrificó, sino el hecho de que por su boca empezó a salir sangre mientras se reía.
Di pasos hacia atrás, y nuevamente volvió a tocar la puerta.
"Estás ahí ¡¿no!? ¡¿Entonces por qué no abres?!" gritó enojada, pero yo solo le advertí a gritos que se fuera sino quería que llamara a la policía. Ella sólo se carcajeó diciendo que sí podía verla; y gritando alterado que se largara, fui rápidamente por mi celular. No obstante, antes de llamar al 911, sonó el timbre. Esta vez, era la pareja joven que vivía enfrente de mí. Mis gritos los habían despertado y querían saber si me encontraba bien. Al abrirles, les pregunté si habían visto a una viejita en silla de ruedas, pero ellos me aseguraron que cuando salieron de su departamento, no había nadie en el pasillo.
Eso sin duda me dejó más asustado. Por lo que les pregunté si alguna vez habían visto una viejita con esas características, pero me dijeron que no.
Al día siguiente, hablé con el guardia de seguridad para contarle lo sucedido y tener su apoyo para hablar con los vecinos con los que vivía esta señora y pedirles que no la dejaran salir a esas horas de la noche. Sin embargo, al describirle la viejita, la cara del guardia de seguridad se puso pálida y rápidamente se persigno. Diciendo que era la primera vez que alguien escuchaba su voz, cuando normalmente la escuchan o la ven vagar con su silla de ruedas por los pasillos.
Fue entonces que me contó que esa viejita se llamaba Margarita Morales. Era una maestra jubilada amable y alegre que a la edad de 60 años tuvo un accidente automovilístico. Ella iba manejando y su nieto de 6 años estaba con ella. Él murió y ella quedó paralítica. Debido a esto, el hijo de ella y su nuera jamás le perdonaron que por su culpa se haya muerto su único hijo.
De modo que ya nunca más la volvieron a visitar en el departamento donde ella vivía, el cual se encuentra precisamente arriba del mío. La depresión la llevó a que adelgazara de manera angustiante y que perdiera la razón. Pues 3 años después de ese accidente, se suicidó al beber una gran cantidad de lejía.
Desde entonces, los vecinos que viven cerca del que era su departamento llegan a escuchar el sonido de una silla de ruedas moverse de un lado a otro dentro de él o en los pasillos.
Ese departamento jamás se ha vuelto rentar ya que quien vive allí, no dura ni una semana. Pues los que lo han hecho después de la señora Margarita, aseguran verla en la oscuridad, con una sonrisa macabra que les congela los huesos.
Por ello, el único consejo que me dio el guardia fue que si volvía a escuchar que alguien tocaba mi puerta a esa hora de la madrugada, no abriera y ni siquiera me asomara a ver quién era. Pues se dice que una vez, una chica universitaria que también vivía en el edificio, decidió abrirle y después de ello, perdió la razón hasta que se terminó suicidando en el baño. Es solo un rumor, pero varios vecinos (al menos los que creen en los fantasmas y en lo paranormal) creen en eso.
Sean peras o manzanas, hace poco conseguí un trabajo de medio tiempo pues pienso conseguir el dinero suficiente para irme a otro edificio a vivir. Mientras, tendré que soportar el ruido espeluznante de la silla de ruedas a la hora que regreso al departamento e ignorar los ruidosos golpes de la puerta a las 3:00 am que cada vez ocurren más seguido.
Así que comunidad, deséenme suerte para que pronto me pueda ir de allí y esta pesadilla se acabe.
Buenas noches.
☠️☠️☠️
No sé pero me dio miedo escribir este relato jajaja 😥
Si alguien de aquí ama escuchar experiencias paranormales, sin duda les recomiendo el podcast llamado "Relatos de la Noche". Lo pueden encontrar en Spotify y YouTube 🖤🖤🖤 100% recomendado 👌🏻❤️
ESTÁS LEYENDO
Jade Green (Gay) ✔️
Paranormal(VERSIÓN CORTA/HISTORIA FINALIZADA/SIN EDITAR) "A pesar de odiar la oscuridad y de no poder ver tu verdadera forma, no puedo evitar estar enamorado de ti" Inicio: 30 de Septiembre, 2023 Final: 12 de mayo, 2024