Jade Green (Gay) ✔️

Capítulo Final: Vivir en tu mundo (Parte 1)

Jade

Antes de conocer a Nash, todos los días para mi eran grises. Mi vida estaba llena de aburrimiento, tragedia y soledad. Totalmente opaca.

Cuando él llegó a mi vida, al fin pude ver el hermoso azul del cielo y entender por qué las personas les gustaba contemplarlo a menudo. Mi vida empezó a tener más sentido y sobre todo, no volví a sentirme solo. Al fin después de tanto tiempo, nuevamente creí que merecía tener a alguien a mi lado y ser feliz por ello. Además, volví a sentir esa calidez que perdí cuando papá murió. Por fin, había encontrado a la persona indicada para mí.

Realmente creí que era Nash esa persona y por eso, aún con miedo, quedé totalmente desnudo ante él, entregándole por completo mi corazón. Caí ante él sin tener pena ni humillación de suplicarle que no me dejara después de contarle sobre mi "don". Pues confíe en que sabría cuidar de mí.

Así que, ¡¿alguien podría explicarme por qué después de expresarle mi gran amor, me dejó como los demás?! ¡¿Por qué lo hizo aun si le supliqué que no lo hiciera y aun cuando me dijo que me amaría sin importar qué?!

¿¡Es que todo siempre fue una maldita mentira?!

Me sentía traicionado y sumamente herido por dejarme esta manera. Supongo que si hubiera roto conmigo frente a frente, no me sentiría tan deprimido después de casi tres semanas de haberlo visto por última vez. Sin ganas de estudiar, comer ni salir. Sin ver el cielo gris siquiera. Sino ahora uno oscuro y tétrico que odio junto con el sol cada que despierto para ir a la Universidad.

***

— ¿Quién te dijo que te veías mejor más delgado? ¡Antes estabas bien, ahora pareces una maldita momia! — Expresó Dan enojado, mientras ponía más carne de asada en mi plato de la parrillada que ordenamos.

Era sábado, y mi amigo de la infancia me invitó a comer. Corrección, me obligó a hacerlo.

— Deja de molestar— hice una mueca de desagrado y con el tenedor, toqué la carne que estaba comiendo sin ánimos de tomar otro pedazo y llevármelo a la boca—. Mejor dime por qué me citaste.

—¿No es obvio? Quería saber cómo estás  — respondió  con obviedad—. Sabía que te verías de la mierda, pero te ves peor de lo que imaginé. ¿Cómo es que sigues teniendo tantas ojeras si ya todo volvió a la normalidad?

— Al parecer nunca has visto a alguien con el corazón roto; pero es comprensible de alguien que nunca ha experimentado eso aunque si ha roto más de un corazón. —Solté una pequeña risa sin gracia—. Aun así deberías saber que los hombres también sufren por amor. También lloran por eso...

—Oye... No te molestes tan rápido — alzó sus manos en son de paz—. Si te digo esto es porque estoy preocupado. Tu aspecto no es el mejor.

— Tranquilo, pasará. Me pasó lo mismo con mis otras ex-parejas y rápido me compuse—. Evadí su mirada y puse otro bocado en mi boca.

— Lo sé. Alguna vez te vi mal por romper con tus anteriores parejas. Estabas en un estado depresivo por tres días y luego lo superabas, pero... esta vez es diferente. Ya casi se hará el mes... — Pronunció con cuidado—. ¿No se ha comunicado contigo?

Negué con la cabeza.

Soltó un suspiro.

— Ese idiota... Me dijo que en cuanto pudiera hablaría contigo.

—¿Hablaste con él? — pregunté sorprendido.

—¡Claro que sí! Lo enfrenté en cuanto me contaste que te había dejado por tu don. Sin darme explicaciones sólo dijo que hablaría contigo después y que estuviera al pendiente de ti— se cruzó de brazos—. Ahora sí me da ganas de golpearlo. ¿Cómo puede hacerte esto!