Capítulo 3: Encuentros que cambiaron todo.

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Jiang Cheng avanzó por el camino escarpado con el General Xuan Zhen a su lado. Cómo se habían convertido en un buen equipo, ni siquiera él lo sabía todavía. Simplemente los habían emparejado para una misión y no había terminado en peleas ni en gastos que Ling Wen tendría que cubrir.

—¿De dónde están saliendo tantos demonios? —Mu Qing se quejó, blandiendo su zhanmadao contra los demonios menores que se agolpaban a su alrededor.

Jiang Cheng consideró si acercarse a ayudarlo o no. Decidió que era mejor dejarlo solo y en su lugar se concentró en el lugar con mayor acumulación de energía demoniaca.

Había una especie de fisura en el feng shui, irradiaba de energía demoniaca, posiblemente lo que estaba atrayendo a tantos monstruos.

Alzando su mano, dejó que su energía espiritual sellara esa fisura hasta destruirla.

Entonces regresó con Mu Qing, barriendo a los demonios con ayuda de Zidian. Llevó un poco de tiempo hacerlo, pero lograron dejar limpio de demonios el lugar sin ninguna herida mayor a pequeños rasguños.

—Hay que informar a Ling Wen, —dijo una vez que cremaron los cuerpos— esta no es la primera de esas fisuras que encontramos.

Mu Qing asintió, limpiando su zhanmadao antes de regresarlo a su vaina: —Algo grande pasará, ¿no es así?

Jiang Cheng asintió. Como un Maestro Elemental, podía sentir cuando el equilibrio del mundo estaba por cambiar con más facilidad que los Dioses Marciales y Civiles.

Estas fisuras fueron dejadas por alguien, demonios, presumiblemente, pero todavía no tenían claro el objetivo.

—Tengo una pregunta.

Inclinó la cabeza con curiosidad ante Mu Qing. El tipo se cruzó de brazos, mirando los demonios carbonizados antes de encontrarse con su mirada con resolución.

—¿Conoces a algún demonio? Podrías preguntar qué mierda está pasando con todas estas hordas de demonios y fisuras. Nos ahorraría mucho trabajo.

Jiang Cheng sonrió: —¿Por qué crees que tengo contactos con los demonios?

Mu Qing se encogió de hombros, —Pareces del tipo que lo haría. No creo que los mires diferente.

Eso era cierto. Demonios o no, Jiang Cheng no tendría problemas haciéndolos desaparecer.

Pero, ¿conocía algún demonio? Pensó profundamente antes de que un recuerdo regresara a él.

Cuando buscó las semillas para hacer un cuerpo nuevo para Mo Xuanyu, le había dado un par de semillas a una cosa rara que parecía una serpiente deforme. ¿Esa cosa era un demonio, cierto?

—Eh, parece que conozco uno, —murmuró, asombrado de no haber notado ese detalle en ese entonces. Mu Qing lo miró con incredulidad, pero Jiang Cheng simplemente comenzó a dibujar una matriz, —Vamos, tal vez tengamos suerte de encontrarlo.

Su misión ya había terminado. Mu Qing lo siguió sin quejarse. Llegaron a la Montaña Bailu, hasta una cueva familiar para Jiang Cheng. Había tenido que entrar a ese lugar estrecho por esas semillas.

Sin saber cómo proceder y no queriendo entrar a menos que fuera necesario, Jiang Cheng se paró en la entrada y gritó: —¡Oye! ¿Sigues por aquí?

Esperó en silencio hasta que escuchó un sonido de arrastre. La serpiente deforme salió de la cueva.

—Qué asco, —Mu Qing espetó, mirando la figura que parecía humana y serpiente al mismo tiempo.

—Grosero, —reprochó Jiang Cheng, se inclinó para hablar con la serpiente: —Eres un demonio, quiero información sobre algo.

Someone heard him. || SVSSS-MDZS-TGCF || [ChengJiu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora