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"Cotidiana Nostalgia"
- capítulo uno -

Recomendación del capítulo:
Slipping Through My Fingers - ABBA

Hay un sonido muy característico que hacen los platos al romperse, Cass lo conocía a la perfección

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Hay un sonido muy característico que hacen los platos al romperse, Cass lo conocía a la perfección. La mayor parte de su día la pasaba trabajando en el café, lo escuchaba con más frecuencia de lo que una persona común lo haría. Sin embargo, aún seguía teniendo piel de gallina cada vez que ocurría.

Cassidy era una mujer algo torpe, así que sabía que un plato roto era un anuncio seguro de cortadas en sus dedos al recogerlo, siempre intentaba tener guantes a la mano para ello, pero siempre terminaba perdiéndolos por alguna razón.

Suspiró, cansada, era el final de una extensa jornada laboral, tarde en la noche y el Lucky Cat estaba solo, tanto como ella. Siendo acompañados solo de la música suave en su parlante y la regordeta gata acostada en un rincón del suelo de la cocina.

Miró la hora en su reloj de muñeca, diez menos cuarto. Se le revolvió el estómago en una sensación maternal, llevándola a pensar, de forma inevitable, en su pequeño azabache. Las cortadas recién hechas en sus manos ardían mientras el agua y el jabón las desinfectaban.

Habían pasado cuatro años desde que el mayor de sus sobrinos falleció, Tadashi, solo pensar en su nombre la hacía suspirar. Desde entonces, las cosas habían cambiado a su alrededor, empezando por Hiro, quién ahora mismo no salía de su cabeza.

Su joven sobrino se había vuelto cada vez más distante, con sus apenas dieciocho, casi diecinueve años y recién graduado de la universidad, Hiro nunca tenía tiempo para estar en casa, a veces ni siquiera dormía allí, siempre encontraba una excusa. Antes eran los estudios, ahora era el trabajo y Cass, entrada en sus 45 años, sabía que algo estaba ocultando, no era tonta y había cuidado de él desde que era tan pequeño que ya lo siente como un hijo, así que su distancia y las mentiras dolían profundamente.

Hiro nunca fue una persona dependiente o demasiado afectiva. Incluso cuando Tadashi seguía vivo, Hiro prefería la tranquilidad de la soledad al momento de hacer las cosas, además, él tenía sus formas de demostrar preocupación y amor, aún en sus ajetreadas agendas siempre había espacio para dejar pequeños regalos regularmente en la mesa del comedor, como una forma de recordarle que la amaba.

Sin embargo, desde hace apenas un par de años, Cass siente como si Hiro casi fuese un fantasma en su casa, ¡no se lo cruza y no ha hablado con él hasta en semanas! Incluso tarda en responder los mensajes. La distancia y soledad desgasta lentamente el corazón de Cass y cuando menos se da cuenta, está llorando al terminar de lavar los platos del café.

Se había rendido en preparar comidas especiales para sus cenas con Hiro, se había rendido en invitarlo a jugar juegos de mesa con ella, se había rendido en los besos en la mejilla por las mañana antes de salir, se había rendido en la posibilidad de convivir con su sobrino, su única familia. A este paso sentía que se volvería loca, porque aunque Cass si tuviera un círculo social, no reemplazaba a su pequeño Hiro. Haber perdido a sus padres, su hermana y recientemente a Tadashi, era demasiado. Sentía que perdía en vida a su única familia y era duro, desolador.

Esa noche, mientras bebía sola en su habitación una copa de vino y se distraía en su teléfono con una mascarilla en su rostro, su corazón se detuvo un segundo al ver un anuncio en sus redes sociales, "Casas de acogida para estudiantes extranjeros", ¿Compañía? Sintió triste el corazón, no, no era como si fuese a tener otro Hiro, pero algo dentro de ella hacía que aquella locura sonara a una buena idea.

Podría solo buscar más cosas que hacer para ocupar su día, podría solo salir más con amigas, podría encontrarse un novio. Pero sin ningún razonamiento lógico detrás, la idea de tener a alguien más en casa para convivir, alguien con la edad similar a la de su sobrino; volver a ver a alguien salir de esa habitación cada mañana, esa necesidad maternal de cuidar de alguien, esa cotidiana nostalgia la hizo solo... Arriesgarse.

Entonces, después de varios días y muchos trámites, Cass había puesto su casa como casa de acogida para estudiantes extranjeros y había rápidamente conseguido a su primer huésped.

Miguel Rivera.

Capítulo editado

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Capítulo editado. <3

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