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“Sin Estar Preparado”
- capítulo tres -

Recomendación del capítulo:
Too Sweet - Hozier

La luz entraba en su habitación, no recuerda la última vez que durmió tan bien, pero su espalda y su cuerpo entero estaba agradeciendo en ese momento por haberse tomado ocho horas para descansar

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La luz entraba en su habitación, no recuerda la última vez que durmió tan bien, pero su espalda y su cuerpo entero estaba agradeciendo en ese momento por haberse tomado ocho horas para descansar.

El clima se sentía agradable con el aire acondicionado encendido pero el calorcito del sol pegando en su piel a través del cristal de la ventana. Miró al techo, por unos segundos su cabeza estuvo en blanco y puede jurar que sintió verdadera paz por primera vez en años. Era como si hubiese despertado en una realidad alternativa dónde no tenía ni problemas ni ocupaciones.

Mientras veía al techo podía ver las partículas a contraluz volar en el aire, sentir el olor de su habitación, ese olor a sábanas limpias que su tía había lavado ayer porque... Oh, cierto.

Su tía había lavado las sábanas precisamente ayer porque hoy era el día, hoy iba a llegar. Por eso había tanta paz, había tomado un tiempo libre en el trabajo para complacer a su tía en su nuevo capricho, ayer habían estado limpiando y acomodando un par de cajas que habían llegado de la mudanza a la casa con anticipación porque ese día, ese pacífico día, iba a llegar el dichoso estudiante de intercambio.

Hiro se oponía por completo a la idea, eso no era ningún secreto, pero los ojos cansados de su tía lo hicieron tragarse todas sus quejas y berrinches. Ver esa mirada, cansada de la soledad, le partía el corazón.

El día anterior, Hiro ayudó con lo que pudo, cargó cajas y movió cosas pesadas, no estaba acostumbrado a las tareas domésticas puesto que nunca estaba en casa, pero intentó ser lo más útil posible, aún más cuando la sonrisa de su tía cada vez que hacían algo juntos, opacaba sus ojos cansados. La culpa se enterraba dolorosamente como una espina en el corazón de Hiro, la había dejado sola, ¿cómo no sentirse culpable?

   —Hiro levántate, se nos hará tarde y quiero que desayunes antes de ir— como acústica, el sonido de la puerta siendo golpeada por su tía lo sacó de sus pensamientos.

   —Ya bajo tía— se levantó de la cama, viendo el reloj en su mesa de noche, nueve menos cuarto, se supone que debían estar en el aeropuerto a las diez, tenía suficiente tiempo.

En realidad no era su deber ir a recibirlo hasta el aeropuerto, el muchacho podría fácilmente llegar por su cuenta al café, pero su tía insistía en ser hospitalarios y amables, así que intentando cooperar con ella, se duchó y se vistió tan rápido como pudo. Era algo extraño estar a esas horas en su casa, normalmente saldría antes de que su tía se levantase; había perdido la costumbre de escuchar la música de su tía por las mañanas o el olor apetitoso del desayuno caliente esperando por él, era totalmente nostálgico.

Su tía entablaba conversaciones triviales, él intentaba llevarlas, a veces se reía con las ocurrencias de Cass y no iba a negar que eran interesantes todos los chismes que recolectaba durante su jornada laboral, ¿Cómo pudo un chico dejar plantada a la hija de los Cruz? Hiro la conocía desde pequeños, Megan era una muchacha encantadora, si tuviese tiempo e interés por las relaciones íntimas, probablemente habría intentado salir con ella antes.

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