"Ocuparse Hasta Desmayarse"
- capítulo dos -Recomendación del capítulo:
El Mundo Siempre Estuvo Dividido En Dos - Alan Sutton y Las Criaturas de la AnsiedadEl cambio es natural, todo cambia, también las personas; es inevitable y no puedes resistirte al cambio. Él también había cambiado, quizás más de lo que le gustaría admitir.
Nunca fue una persona fanática de hacer cambios en su vida, Hiro prefería tener una rutina a la cuál apegarse con la menor cantidad de cambios posibles. Pero mirando atrás, a sus años de adolescencia, todo lo que ha cambiado le resulta agobiante.
Su familia había cambiado, su círculo social había cambiado, sus metas, su personalidad, sus pasatiempos, ¿Podía seguirse llamando igual incluso entonces? Porque parecía una persona completamente diferente al Hiro Hamada de catorce años.
Uno de los cambios que quizás más lo han marcado, con seguridad, es haber iniciado todo aquel proyecto de los héroes y haber terminado por volverse el líder. Pareciera una carga demasiado pesada para unos hombros jóvenes como los suyos, pero se las arregla para soportarlo.
Si tuviese que darle un consejo a su yo pasado, sería sin dudas, que hubiera dejado mucho antes las peleas de robots. Hiro no se sentía orgulloso de sus decisiones de juventud, pero no podía detenerse a pensar en cada una de ellas.
Ahora son héroes, qué palabra tan pesada. De pronto, su vida era mucho más compleja. Aparecía en los noticieros, sus hazañas salvan vidas y recibían reconocimientos, ya no eran solo sus amigos confiando en él, su armadura era un ícono y había toda una ciudad entera depositando su confianza en un joven de dieciocho, casi diecinueve años. Sin presiones.
Constantemente escuchaba a sus compañeros decir que estaba cargando con más de lo que debería, pero Hiro no sabía cómo legar todo ese peso. Él no tomaba días libres, él no faltaba a ningún patrullaje, él no podía faltar, los líderes nunca faltan, un héroe no se cansa, no llora, no se rinde, los héroes no desaparecen.
En el fondo, quizás se sentía responsable por haber arrastrado a sus amigos en aquel delirio adolescente de ser un héroe, o quizás era porque así sentía que podía mantener protegida a lo que le quedaba de familia, o quizás solo estaba buscando excusas para mantener la cabeza hasta desbordar de cualquier pensamiento. Sobre todo aquellos que involucren sus sentimientos, su soledad, su tristeza, su añoranza y su melancolía.
No, seguro no era nada de eso.
Estiró sus brazos, intentando espantar la somnolencia y crujir sus huesos, no había dormido correctamente en los últimos tres días, por no decir que no había dormido en lo absoluto. Debido a que esto ocurría más seguido de lo que iba a admitir, tuvo que programar a Baymax para que no le recordara nada sobre sus ciclos de sueño.
Un par de bostezos seguidos se le escaparon, sus ojos se sentían pesados; entre su trabajo civil y su trabajo de héroe, Hiro estaba agotado en mente y cuerpo.
—Hey amigo, la noche está tranquila, ya vamos a terminar la ronda de hoy, solo ve a dormir— el intercomunicador de Wasabi sonó en el interior de su casco, haciendo que una mueca apareciera entre las comisuras de sus labios —De lejos se te ve lo agotado que estás, aún si aparece alguien, dudo que puedas pelear bien—
—Puedo pelear perfectamente Wasabi, no tengo idea de qué estás diciendo— respondió. Su vista se perdió en el horizonte entre los edificios, su voz efectivamente sonaba tan cansada como se veía su cuerpo y, aunque las tapaban el casco, sus amigos no necesitaban verlo para saber que tenía unas ojeras más grandes que el océano pacífico.
—Hiro, ve a casa, Wasabi, Fred y yo nos encargaremos— Honey Lemon, indiscutiblemente dulce como siempre, sonaba preocupada como una madre, algo en su tono le recordaba a su tía Cass y lo hacía rodar los ojos con el fastidio que caracterizaba a los muchachos de su edad. Aunque tuviera muchas responsabilidades, lo admitía, Hiro era bastante inmaduro aún —¿O es que acaso no confías en nosotros?—.
Golpe bajo, ¡Ese ataque no valía! Usar la carta de la confianza era terriblemente bajo. Suspiró y renegando terminó por aceptar, el clima frío de las noches en San Fransokyo podía sentirse aún con la armadura, sobre todo cuando volaba sobre Baymax y el viento golpeaba agresivamente contra su casco.
Los callejones oscuros eran lugares idóneos para quitarse el traje y meterlo en su mochila, aunque olieran a fluidos curiosos. Mientras subía las escaleras hasta su habitación, pudo ver la puerta del cuarto de su tía, la luz estaba apagada, lo que significaba que estaba dormida, suspirando siguió y llegó a su habitación, habían dos camas, pero solo una era suya.
Después de ponerse una pijama cómoda y listo para dormir, revisó su teléfono, tenía un par de días ignorando los mensajes y pensó que ya era hora de verlos. Su tía había dejado varios en su chat, entre stickers graciosos y memes de señora mayor, un mensaje llamó su atención, de forma no muy positiva, su tía le pedía tomarse un par de días libres, pero fue muy específica con las fechas.
Quería que fuera para el 20 de agosto, estaban a 18 de agosto y el mensaje tenía varios días sin leer. Maldición, tendría que haberlo leído mucho antes.
—¡¿Estudiante de extranjero?! ¿Qué le pasa a mi tía?— susurró leyendo con detalle todos los demás mensajes. No quería compartir su habitación, no quería un chico nuevo en casa aunque él nunca estuviera, si iba a quedarse en su habitación... Iba a dormir en la cama de Tadashi y No, no quería eso, se rehusaba por completo —Miguel Rivera... Que fastidio—
Capítulo editado. <3
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ROOMMATE
FanfictionMiguel va de intercambio a San Fransokyo y es recibido en la casa de Cass como familia de acogida. Ahora Hiro y Miguel tendrán que convivir como compañeros de habitación. (🍋🌼) Con cada año que pasa, Hiro se aleja un poco más de su tía Cass, su tra...