Preocupación parental
Una caricia, un beso, unos dedos recorren el interior de mi muslo y se detienen justo antes de llegar a la unión de estos. Otro beso en mi vientre y de nuevo las caricias en mis costados. Una suave y cálida respiración cae sobre mis pezones haciendo que se endurezcan antes de sentir la misma respiración sobre mis labios. Siento como su lengua se desliza por mí labio inferior y como una de sus manos baja por mí cuerpo, dirigiéndose hacia el sur. Suspiro cuando apenas me toca el clítoris y de inmediato dejo de sentir todo.
—¿Estas despierta?
Su voz me hace sonreír, dándole a entender de inmediato que sí estoy despierta.
—Que buena manera de despertar —suspiro—. ¿Qué hora es? —pregunto abriendo los ojos.
Lo primero que observo es los magníficos ojos de Fernando, verde esmeralda como la laguna más cristalina y limpia, mirándome fijamente.
—No lo sé. Casi las diez, creo.
—¿Por qué no te volteas y ves la hora en el reloj despertador?
—Porque me perdería la magnífica vista de mi esposa, desnuda y un poco adormilada, con el cabello hecho un desastre —Fernando se inclina para besarme en los labios—. Cualquier cosa pasa a segundo plano en momentos como estos.
Levanto mi mano derecha para acariciar su cabello, un poco más largo que de costumbre.
—Mañana debes ira que te corten el cabello —susurro.
Fernando hace una mueca.
—Que horrible cuando le haces al amor a la mujer de tu vida con un cumplido y ésta solo te dice que debes cortarte el cabello —resopla— No recuerdo que eso te molestara anoche.
Blanqueo los ojos.
—No te comportes como un adolescente, además... —tiro ligeramente de la raíz de su cabello— sigo sin necesitar que tu cabello esté largo para mantener tu cabeza entre mis piernas muy diferente a mi cabello, que lo necesitas para sostenerme cuando te hago un buen sexo oral.
Fernando sonríe y tira de mi cabello hacia atrás, sus labios se deslizan por mi cuello y mi garganta hasta llegar a la base de mi oído.
—Me encanta cuando comienzas a hablar sucio —susurra antes de tirar del lóbulo de mi oreja.
Mí cuerpo tiembla ligeramente y tiro con un poco más de fuerza de su cabello para atraerlo a mis labios. Nos besamos lenta y pausadamente, exploramos la boca del otro con nuestra lengua como si no la conociésemos de memoria y poco a poco Fernando termina sobre mí, entre mis piernas.
—No estoy segura de que debamos hacer esto ahora —replico entre jadeos.
Fernando deshace su atención de mi pezón izquierdo para mirarme con cara de pocos amigos.
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Líneas de amor
Storie d'amoreVictoria es una mujer madura que ha sufrido la pérdida de su esposo y las constantes peleas entre sus dos hijos por el control de la empresa familiar. Su vida se ve alterada cuando empieza a acercarse a Fernando, el joven y atractivo mejor amigo de...