CAP 58: [LA DESCENDENCIA]

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"El 'Chute' drena toda la fuerza física y psicológica del paciente, lo que lo deja vulnerable a todo tipo de ataques externos, aunque también a ciertos comportamientos colectivos"


Dash tenía la sospecha de que, en efecto, se estaba volviendo como los humanos de este mundo, se volvía más dócil, sus instintos asesinos eran mucho menores, las cosas muy complejas lo alejaban inmediatamente cuando antes las tomaba como un reto.

Aunque el consuelo que tenía, era que el cambio no era un giro de 180° repentino, parecían ser solo pequeñas cosas, pues aún tenía sus conocimientos en artes marciales, precisión, matemáticas y demás.

Sin embargo, luego de la pelea más jodida que tuvo aquí, su cerebro se 'apagó' de cierta forma, y al estar indefenso y sin consciencia, este nuevo mundo lo hizo de él, ¿Cómo? Haciendo realidad su temor.

Lo volvió, Un Humano, el tipo de humano que todos los furrys conocen, y el tipo al que sus ancestros estuvieron acostumbrados por miles de años.

Para cuando su cabeza regresó a la actividad, los cambios ya estaban hechos, ya ni siquiera recordaba su nombre, no entendía las palabras, por ello la comunicación sería algo difícil.





???: ¡MAMÁ! ¡YACI VOLVIÓ A QUITARME MI ORIGAMI! - un pequeño cachorro hiena abrazó la pierna de su madre, jalando su pantalón, señalando cierto lugar -

ZELLY: ~Ay cariño~ - lo levantó en su brazos, frotando su mejilla en la suya, con una gran sonrisa - ~Daciq, sabes que tu hermana quiere MUCHO, a tu papá~ 

Daciq era su hijo, un furro hiena idéntico a su madre, aunque sus facciones eran un poco más toscas.

DACIQ: ¡PERO MAMÁ! ¡YO ME ESFORCÉ MUCHO! ¡Y ELLA LO HACE PASAR POR SUYO! - volvió a señalar el lugar -

La hiena volteó, mirando a Dash, sentado en pose de loto, acariciando las cabezas de las pequeñas crías a su alrededor, que le enseñaban caballitos de papel.

Una pequeña lemur llegó frente a él, ofreciéndole tímidamente el caballito de papel que supuestamente había hecho.

El pelirrojo lo examinó rápidamente, sonriéndole a su pequeña y acercándose para frotar su nariz con la frente de la lémur.

La pequeña se separó un poco, tomando sus mejillas ruborizadas, Zelly pudo escuchar un pequeño chillido.

ZELLY: ~Ohh, mi amor~ - sintiendo algo de pena por su hijo, lo envolvió en un abrazo - ~Hablaré con la tía Keru para que regañe a Yaci, ¿Okey?~ - le susurró, Daciq solo hizo un ruido de afirmación -

Zelly miró la pared, con un reloj grande marcando las 8:30 pm.

ZELLY: ~Es hora de dormir, cariño, vamos~ - comenzó a caminar a las escaleras, con dirección a su habitación -

¡AMAMOS A LOS HUMANOS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora