68. Sombras y luces.

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En el pasado, los vigilantes eran respetados y considerados héroes, ganándose la confianza del pueblo y el reconocimiento del país entero. Sin embargo, los tiempos habían cambiado. Actualmente, los vigilantes ya no eran vistos con los mismos ojos. La ley les consideraba criminales por usar sus quirks sin una licencia o permiso oficial, lo que los colocaba en una posición peligrosa y complicada en la sociedad sobrehumana en la que vivían.

Kaina Tsutsumi, más conocida como Lady Nagant, comenzó su carrera como Heroína Profesional con gran entusiasmo y determinación al unirse a la Comisión de Seguridad Pública de Héroes a una edad temprana. Su motivación la llevó a destacarse y convertirse en una figura respetada en el mundo heroico.

Lady Nagant se convirtió en una herramienta invaluable para la Comisión, siendo asignada a misiones clasificadas donde su habilidad para eliminar en secreto a villanos y héroes corruptos resultó esencial. Su capacidad para manejar situaciones delicadas y peligrosas la hizo indispensable para las operaciones encubiertas de la Comisión.

Con el tiempo, Lady Nagant empezó a cuestionar las órdenes de la Comisión. La moralidad de sus acciones comenzó a pesarle, especialmente cuando tenía que eliminar a villanos que aún no habían cometido crímenes, y que posiblemente podrían haberse redimido con el tiempo. La disonancia entre su sentido del deber y sus valores éticos se volvía cada vez más evidente para ella.

Lady Nagant se encontró en la difícil posición de tener que eliminar a aquellos que, aunque no tenían licencia oficial, aún intentaban hacer el bien como vigilantes. Estas acciones dejaron cicatrices emocionales en ella, viendo cómo personas que aspiraban a ser héroes, aún en la clandestinidad, eran eliminadas por órdenes que ella consideraba sádicas de la Comisión. La contradicción entre la justicia que buscaban estos vigilantes y la crueldad de sus propias acciones la atormentaba. Cada vez se sumía más en la moralidad difusa de su trabajo.

El peso de llevar una doble vida como heroína oficial y asesina a sueldo comenzó a pasar factura a Lady Nagant. Aunque frente al público ella aparecía como una heroína ejemplar, en secreto, su verdadero trabajo era sombrío y lleno de violencia. La tensión constante de tener que ocultar su verdadera naturaleza mientras actuaba como un ícono de esperanza la estaba desgastando emocionalmente. La imagen de heroína que había construido estaba en conflicto directo con las acciones oscuras que realizaba en las sombras. La confusión y el estrés comenzaron a minar su espíritu, dejándola atrapada en un ciclo interminable de culpabilidad y desesperación.

La orden del, aquel entonces, presidente de la comisión, fue el catalizador que llevó a Lady Nagant al punto de no retorno. Cuando cuestionó la ética de su trabajo y expresó sus dudas sobre el secreto que mantenían frente a la sociedad, el presidente intentó persuadirla asegurándole que estaban preservando la esperanza que los héroes habían construido. Sin embargo, las palabras del presidente ya no tenían peso en Lady Nagant. Sintiendo que su integridad había sido violada una vez más, y después de años de cargar con la carga emocional de sus acciones, Lady Nagant finalmente se rebeló.

Ante las amenazas del presidente, la ira y la desilusión se apoderaron de ella. En un momento de pura furia y desesperación, Lady Nagant respondió a la amenaza quitándole la vida. Este acto no solo fue un acto de rebelión, sino también un acto de liberación para ella, una forma de romper las cadenas que la habían atado a una vida de violencia y engaño.

Lady Nagant fue arrestada y llevada al Tártaro de inmediato, su destino sellado por las acciones que había tomado. Sin embargo, la Comisión de Seguridad Pública de Héroes no reveló la verdadera naturaleza de su arresto. En cambio, encubrieron los eventos, alegando que en lugar de matar al presidente, había asesinado a un compañero héroe durante una acalorada discusión.

Yūgen. (Hawks Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora