La Última Gran Guerra / Lucegon/

Primer choque

A terminar junta del consejo. Aegon, rhaenyra y el rey se encontraban discutiendo la renovación  de la ciudad. El príncipe se había dado cuenta que mantener el reino a flote era complicado de lo que pensaba. No le resultó difícil comprender cómo otto se hizo con el control total, su padre se dejaba  influenciar por todos los  consejero.

Ya tenía una lista en mente.

1) no dejar que su padre enfermara - para eso tenía a Sherryn.

2) No dejar que Otto volviera a la ciudad.-eso está hecho.

3) hacer que rahenyra fuera amada por el reino así cuando asumiera el trono abría levantamientos.- aún se encontraba en proceso.

4) alejar a su madre lo más que pudiera. - no era fácil por qué la mujer era una garrapata-

La lista era larga y a la misma vez frustrante- acaso tengo que pensar en todo- se repetía todo el tiempo el príncipe. Tenía que proteger a la familia, al reino, a Lucerys cosa que le complicaba con cada año que pasaba. Su niño era muy curioso tal y como en su vida pasada, pero ahora era el quien tenía que evitar que sufriera un daño.

Y es que por los Dioses cada vez que había peligro el castaño estaba en el lugar. En la actualidad no le gustaba el vino pero cada vez que algo se le escapaba de las manos su único pensamiento era tomarse no una copa, mejor era un barril.

Con ese nuevo objetivo añadido a la lista. La puerta fue abierta  dejando entrar al hijo mayor de su hermana. Como siempre vio detrás de él pero no encontró al infante; inconscientemente el tic en el ojo que había desarrollado comenzó a palpitar.

El niño se acercó a su madre quien lo recibió con una sonrisa.

- Jace- lo llamo- donde esta tu hermano. - le pregunto, los otros dos adultos se percataron de ese pequeño detalle y lo miraron interrogante.

- El esta...- el pequeño sabía que iba a estar en problemas cuando su tío cambio su cara amable por un seño funcido- Hoy le hice una broma a Aemon el se enojo y dijo que iba a encontrar a un dragón en las catacumbas, Lucerys lo siguió.

No sabía si era por qué el chico aún tenía 14 o era idiota por naturaleza.

-El único que quiere sobrevivir a esta dinastía soy yo tal parece- pensó antes de salir.

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-Aemon- susurro el castaño mientras seguía a su tío por los pasadizos- no creo que sea buena idea.

-Lucerys no seas un cobarde, tú quisiste venir- dijo el mayor mientras seguían bajando por las escaleras  de dragón ping - no quiere ver a un  dragón.

En la oscuridad  ambos príncipes caminaban a la par. Para el menor de  los Velaryon esto era algo nuevo; cada vez que venía a ver a su amigo Arrax se encontraba acompañado por  los cuidadores, su madre o en muchas ocasiones Aegon quienes siempre velaban por su seguridad.

De por si en múltiples cavernas se encontraban dragones que aún no habían sido domados y algunos muy temperamentales. La idea de bajar fue de Aemon y ya para ese momento el castaño está arrepentido de seguirlo.

Su hermano fue inteligente y se retiró pero él no tuvo la misma suerte. Ahora luego de haber pisado mal el joven príncipe se encontraba con   una cortada en el pie mientras sangraba mucho.

-Ah!! Me duele - chillo

- Lucerys has silencio- dijo irritado - siempre exagerado buscando atención.

- eso no es cierto!!!!- grito el castaño enfurecido mientras por sus mejillas corrían las lágrimas por el dolor que sentía y el miedo.

-claro que lo es, siempre mendigando por la atención de los otros.- lo empujo- no te basta que la gente te tenga lástima.