CAP. 43

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ENID POV

Iba caminando por los pasillos mientras Yoko me hablaba de la profesora que le gustaba, aturdida asentía buscando entre la gente a la misma pelinegra de siempre, para mi suerte ahí estaba, vestía con su ropa negra de siempre, trenzas caídas por delante de los hombros y semblante serio, joder, se veía realmente atractiva. Un rubor subió por mis mejillas cuando me pilló mirándole, no podía salir de ese trance.

-Enid ¡¿me estas escuchando!? -dijo Yoko y observó que estaba en bucle con Miércoles- sabes... eres pésima disimulando. -mostró una sonrisa burlona-

-Oh.. -aparté el rostro de esa mirada tan fría- solo estaba mirando -caminamos hacia el aula- nada serio -dije carraspeando-

-Si claro -reía sarcástica-

Estos días estuve de seguido en la biblioteca de la universidad, cierto era que si no estudiaba no lograba sacar a flote el curso, decidí que lo mejor era centrarme en ello, iba con unos jeans y una blusa, el pelo recogido para que no me estorbe y unas gafas de vista, siempre me sentaba en la última mesa pero, cabe recalcar que cierta nube gris también esta presente, siempre la observo sin que se de cuenta, se ve tan tierna estudiando, pero claro esta que no iba a molestarla, tenía sentimientos contradictorios hacía ella, pero no podía permitir desestabilizar, quizás lo mejor es que salga a flote con su carrera y no me vuelva a ver, pero era tan difícil no estar cerca de ella, maldita sea.

-¿Quieres que vayamos a por un helado? -dijo Yoko hambrienta-

Me limité a asentir frenéticamente loca por uno.

-¿Sabes?

La miré confundida-

-Estas cambiando.

-¿De que hablas? -fruncí el ceño- solo quiero un helado.

-A veces eres tan lenta. -chocó su mano en la frente-

Estábamos sentadas en un banco con el helado, vi a lo lejos como se acercaban los amigos de Yoko, susurré.

-Mierda.

Eran demasiado egocéntricos, todos eran normis aquí, las únicas rarezas éramos nosotras y contando a... Cosa. Maldecí cada paso que daban hasta nosotras. Llegaron y Nick que era el "chulito de playa" del grupo empezó a interesarse por mi, como de costumbre.

-Vaya, si es Sindclair -mostró un tono cálido- que guapa vas hoy ¿no? -se acercó más a mi, mientras miraba a sus amigos triunfante y uno de ellos le asestaba un golpe amistoso en el hombro-

-Nick estás especialmente pesado hoy -refunfuñé sin ni siquiera mirarle, pude ver a Yoko soltando humo-

-¿A mi no me saludas pedazo de escoria -dijo agresivamente mientras se quitaba las gafas de sol-

-Ah si... la anciana vampiresa, casi lo olvido -empezaron a reír sus amigos, el sonreía pero a mi dirección-

-¡Ah si el chico que piensa que tiene a todos las chicas a su disposición y solo tiene a su madre! -le lanzó una mirada asesina a Nick el cual parecía ofendido-

Nick y Yoko van por temporadas, aunque últimamente van a peor.

-Hola chicas -logró acercarse Emily, una chica de ojos verdes y pelo negro-

-Hola preciosa -dejó de estar enfadada y cambió el rostro por uno coqueto ignorando a todos de por medio-

-Ay señor... -susurré para mis adentros-

-¿Ya está aquí la princesa? -sonrió Nick a lo que Yoko le miró fulminante y se le borró la sonrisa-

-Si, siento llegar tarde -sonreía dulcemente-

-¿Como estás Emily, todo bien? -le pregunté amistosamente-

-¡Estupendo, Enid! -volvió a sonreír- ¿vamos a clases? -se acomodó la mochila-

-Faltaría más -dijo Yoko mientras se levantaba de sobre salto- las damas primero -dijo mirándola seductora y esta avanzó con una tímida sonrisa, yo veía la escena anonadada-

En los pasillos Emily y yo nos frenamos a coger un libro más en mi taquilla ya que soy una despistada, lo cogí mientras Emily me comentaba sobre el día de mañana, tenía una entrevista, cerré la taquilla y me volteé a ella con una sonrisa.

-Vaya Emily, eso es estupendo -dije cogiéndola de las manos-

-¿Cierto? -sonreía-

Noté unos ojos clavados en mi y se trataba nada más y nada menos que de Addams, me fulminaba con la mirada, como aquel día de la discoteca que me vio con la chica, salen llamas de sus ojos color café intenso, vi como apretaba los puños y en esas se fue malhumorada, Emily se percató de que miraba a otra parte y me preguntó.

-¿Todo bien Enid? -mostró preocupación-

-Oh si -salí del trance- tranquila, Emily -sonreí sincera y ella correspondió-

Unos días ya pasados me fui a la biblioteca como de costumbre, y ahí estaba Wedns, siempre quise llamarla así, me pareció cariñoso, aunque nunca se lo diría en persona, estaba leyendo su libro favorito, me percaté porqué siempre lo llevaba consigo, en el fondo de mi corazón sabía que le debía una disculpa, habíamos vivido muchas cosas juntas y ahora parece que todo se a esfumado, me siento culpable por no haber mantenido mi promesa y haberla hecho confiar en alguien de esa manera para que luego las cosas salieran mal, lo siento Wends, ojalá pudiera decírtelo a la cara.

Me dispuse a estudiar y repasar, mirándola de reojo, espero que no se percate, esta tan linda con ese conjunto, leyendo, moría por ganas de hablarle, o de que sus ojos color café se posicionaran en los míos, entre todos esos pensamientos noté una presencia detrás, era ella, observando mis ejercicios y negando con la cabeza.

-¡Dios! We.. -lo pensé mejor- Miércoles, no me des estos sustos. -dije con la mano en el corazón- ¿Que? -no paraba de ver mis ejercicios-

-Así no es Sindclair -cogió con total confianza mi boli y empezó a escribir en mi libreta, su letra era tan preciosa- hay tres planos de referencia -decía sin mirarme mientras lo escribía- El sagital, el frontal y el transversal -terminó de decir- ¿ves? así podrás mejor dividir el cuerpo en cortes o secciones corporales -levantó el rostro de la libreta y quedó muy cerca de mi- ¿te a quedado claro? -me ruboricé y empecé a balbucear-

-Yo.. esto... si, claro -conseguí decir mientras de reojo mi mirada se posaba en sus labios, a lo que se apartó por completo-

-Vaya, hoy no me insultas ni me acosas, esto es nuevo. -dijo asombrada pero con su semblante firme de siempre-

-Para mi también -hice una mueca- ¿porque me ayudas?

Pude notar cierto nerviosismo en ella.

-Porque hasta para tu carrera eres inútil Sindclair, en vez de distraerte mirando a lo que... sea que estés mirando, céntrate en la tarea. -dijo firme pero especulando-

¿Acaso se habrá percatado de que la miraba? Volví a sonrojarme, pero mantuve la compostura.

-Gracias, supongo -carraspeé-

Nos miramos unos segundos y se marchó del lugar. Maldita sea esa pelinegra me trae loca.

Agradezco mucho vuestros likes. <3

Beso triste.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora