Beso triste.

CAP. 23

Es cierto, me sentía eufórica después de ese beso con Miércoles, aunque solo hubiera sido una rozadura de labios, pero para mi significó muchísimo, y más sabiendo lo que le cuesta a ella, tengo muchas dudas aclaradas con todo esto, y estoy mas ligera por ello.

Me despertó.

-Enid, hay clases -dijo con su tono serial-

-Esta bien... dame un momento -gruñí-

-Pareces un perro.

-Es que soy un licántropo -dije con los ojos abiertos a lo que ella se reía interiormente-

Me arreglé y fuimos a las clases.

-Muy bien chicos ¿de donde procede el vudú? -dijo la profesora-

-¿No vas a contestar? -dije en susurro-

-No, no estoy de humor.

-¿Y eso? -dije preocupada-

-Hoy no me apetece discutir con los de la clase y que empiecen a llamarme rarita.

Nunca se había sincerado sobre sus sentimientos de ese modo, de aceptar que simplemente quería estar sin discutir, que no siempre le gusta la maldad todo el rato y soltar ratas con la rabia en la clase para enfermarlos, y me impactó que me lo dijera.

-No pasa nada, hoy estamos tranquilas ¿vale? -le dije con una sonrisa-

-Si, Enid.

Acabó la clase y fuimos al recreo. Íbamos juntas en todo momento, cosa que también me sorprendió porqué normalmente quiere estar en soledad.

-¿Y estas dos personas guapas? -dijo Yoko-

-Aquí estamos -dije sonriendo-

-Habló la abuela -dijo Miércoles-

-Me han dicho comentarios más despectivos por ser vampira -se empezó a reir- buena chica.

Pasamos el patio con ella y la verdad que bastante bien, luego nos fuimos a la habitación.

-¿Quieres que me quede?

-Esta bien, pasa.

Pasamos la tarde haciendo la tarea de las clases, y a la noche nos pusimos a hablar, tumbadas en la cama mirando el techo.

-¿Sabes...? creo que mi madre nunca estará orgullosa de mi.

-¿Porque dices eso Enid? ¿por tu transformación?

-Así es, a mi padre en si le es indiferente pero a mi madre no, pone mucho empeño en que pueda transformarme y en verdad... no se porqué lo hace.

-Quiere que seas como ella.

-Quizás.

Hubo un silencio.

-Se que vas a lograrlo, poco a poco.

-Si, eso espero.

-El otro día te salieron orejas... a ver, ven- nos levantamos-

-¡¿Cola!? -dije emocionada-

-Así es, lo sabia, Enid, te hace falta cariño, enfadarte, y estar triste, vivir mucho más tus emociones.

-Contigo puedo hacerlo Miércoles... -se sonrojó-

-P...pues lo haremos juntas -dijo nerviosa- pero quiero que sobre todo lo hagas por ti y no por tu madre ¿trato?

-Esta bien... trato ¿confías en mi?

-Mas de lo que piensas.

Me alegró muchísimo esa respuesta.
Nos volvimos a tumbar.

-Que te pasa con tu madre -preguntó-

-Simplemente no a sido buena madre en el pasado...

-Porqué, si se puede saber.

-Porque enfocaba sus metas y sueños en mi, en que yo los cumpliera, y al final nunca pude ser yo misma, me volví muy fría, muy mala persona, ahora es cuando estoy siendo yo misma, y noto muchísimo el cambio, por eso cuando vienen una vez al año aquí los padres lo paso tan mal, porque a mi madre nunca le gustare hasta que no me transforme -me sinceré-

-Entiendo... -se quedó pensando- tu forma de ser tu misma es muy única.

-Puedo decir lo mismo -sonreí levemente- puedo...¿puedo abrazarte? no quiero incomodarte ni mucho menos tan solo quiero ir poco a poco -decia nerviosa- después de lo de ayer, se que significa mucho para ti y no quiero presionarte porque... -me cortó-

-Sí, Enid. -me sonrojé- buenas noches.

-Buenas noches, Miércoles. -dije sonriendo-