●Cap 22●

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Recuerdos y recuerdos


A la mañana siguiente amaneció, me sentía muy cansada y con una terrible jaqueca, sentía como si realmente hubieran abusado de mí y me dí una ducha, mientras estaba en la regadera, no podía sacar las mismas imágenes de mi cabeza que me atormentaban desde la noche de bodas, la cual resultó ser todo un fracaso, me veía a mi misma más pequeña, quizá unos cuatro o cinco años menos, asustada y con marcas por todo mi cuerpo, encerrada en mi recámara llorando desesperadamente.

Salí de bañarme y opté por vestirme con un vestido azul celeste, me sequé el cabello y me hice un molote. En eso tocaron la puerta y me tense un poco, al no obtener una respuesta de mi parte, se giró la perilla.

-Andrea, buenos días, nos vamos al club a desayunar con tus padres, te veo abajo. Habló Darío con seriedad.

No le respondí y me limité a tomar mi bolsa y bajar. El camino fue de lo más incómodo, no cruzamos una sola palabra.
Al llegar al club nos dirigimos a una cafetería dónde ya estaban mis papás tomando café, ordenamos el almuerzo y después de un rato, decidieron ir a la piscina. Metí mis pies a la alberca y me relaje un poco, cerré mis ojos y empecé a recordar cuanto amaba nadar, me veía a mi misma en la alberca de mi casa desde pequeña o tomando clases de natación, era increíble poder ser libre dentro del agua.

Mi padre se fue con Darío a jugar golf, yo me quedé con mi madre y con mi hermana, lo cual no sabía si había sido mejor o peor.

-Hermanita, te veo muy cansada, seguramente anoche acabaste rendida. Dijo Antonella con diversión.

-Antonella, ¿Qué son esas preguntas? La reprendió mi madre.

-Voy al baño. Dije para librarme de ellas. Pero mi hermana me acompañó.

Cuando salí del sanitario ella estaba viéndose al espejo.

-Entonces hermanita, ¿Cómo te fue en tu noche de bodas? Apuesto a que Dario te dejó exhausta.

-Antonella, prefiero no darte detalles de mi vida marital. Le dije cortantemente y regresé a la piscina.

Me molestaba que ella fuera tan entrometida en todo lo que hacía.

Pasamos la tarde en el club y por la noche regresamos al departamento, Dario, había dado la orden de que sacaran todas sus cosas de la habitación y las llevarán a la recámara de huéspedes y me hubiera gustado decirle que no era necesario, pero no sé lo pude decir porque me daba mucha tranquilidad no tenerlo cerca de mí y revivír lo de anoche.






♡♡...

Al día siguiente llamé a mi psicóloga para pedirle una cita, me dijo que me esperaba a las 2 de la tarde en su consultorio, así que llamé un Uber para que me llevará, durante el trayecto, pasamos por un parque, me recordé a mi de pequeña jugando con mi hermano en el pasto, mientras Antonella estaba sentada en las faldas de mi mamá, también me ví a mi misma tomando helado con niños que no conocía, quizá mis amigos de la infancia, y de repente me miré en un jardín caminando de la mano de un hombre alto, con cabello negro rizado, lo cual me exaltó porque era el mismo hombre que recordaba desde el hospital y que no podía sacar de mi mente.

Entre recuerdos y preguntas, llegué a mi cita, subí a su piso y al recibirme me pidió que me pusiera cómoda y le contará cómo me había ido en la boda.

-La boda estuvo bien. Nada salió mal. Dije con indiferencia.

-Entonces ¿Qué ha pasado? Preguntó curiosa.

-La noche de bodas fue lo detonante, no pude sostener intimidad con mi marido, e intenté seguir tú consejo, pero por más que me esforcé no pude.

-Ya, ya veo, pero lo volvieron a intentar, supongo.

-No, no lo volvimos a intentar, ahora dormidos en recamaras separadas y Dario esta muy distante conmigo y lo peor es que disfruto que este alejado de mi y me siento tranquila. Dije aliviada.

Lo cuál fue suficiente para que la psicóloga explotara como si hubiera cometido un error muy grande y se la pasó repitiendome que ahora yo debo tomar la iniciativa y arreglar el problema con mi marido. Le dije que no pensaba hacerlo y le conté de las otras cosas que he empezado a recordar y del hombre de cabello rizado, pero eso la enfureció. Me dijo que no debo pensar en otro hombre que no sea mi marido, así que en lugar de ayudarme, me hizo sentir desconfianza hacía ella. Ya que no estaba siendo muy profesional conmigo y se estaba tomando las cosas demasiado intensas.

Salí de su consultorio segura de no volver a tomar terapia con ella, decidí llamar a Britney, quería contarle a alguien como me sentía. Ella llegó demasiado rápido por mi y me dijo que me iba a llevar a un lugar que me iba a encantar.

Llegamos al parque Rufino Tamayo, inmediatamente me llegaron recuerdos a mi cabeza de muchas ocasiones en las que venía aquí con Brit después del colegio o cuando queríamos platicar sin ser escuchadas.

-Britney, ¡te recuerdo! al fin lograste llegar a mi memoria, te conozco desde bebé prácticamente, gracias Brit, por nunca abandonarme. Le dije llorando de la emoción y la abracé con todas mis fuerzas.

-Claro que nunca te abandonaría perre, yo te amo como una hermana. Me dijo correspondiendo a mi abrazo.

Nos sentamos a platicar un largo rato, recordé muchas anécdotas de cuando estuvimos en la escuela juntas, cuando fueron nuestras fiestas de xv años, incluso cuando Brit se escapaba con su entonces novio y yo mentía para protegerla, pero era tan mala mintiendo que siempre nos cachaban.

-Te prometo que si no logras recordar toda tu vida hasta el día que tengas a tú bebé, yo misma te contaré toda tu historia Andy, confía en mí. Me dijo apretando mis manos.

-Yo creo en tí y te agradeceré mucho que me digas la verdad, yo, no confío en nadie, solo en ti y en mi Nana, pero sé que ella no puede hablar por órdenes de mi padre.

-Tu familia siempre ha sido muy cruel contigo Andy, no le cuentes nada a Antonella, concéntrate en tí y en recordar todo lo que puedas, mientras tanto, vamos a buscar otra psicóloga y verás que estarás mejor. Me prometió.







♡♡...

Los días continuaron y llegó el momento de mudarnos a la casa que el papá de Darío nos dió de regalo de bodas, la casa era muy grande y espaciosa, la rutina siguió igual, dormíamos en habitaciones separadas, él nunca estaba en la casa, era como si no existieramos uno para el otro, solo los fines de semana fingiamos ser marido y mujer frente a mis papás y con todos los conocidos en el club.

Respecto a mi psicóloga, me dí cuenta que estaba actuando en mi contra, me daba medicamento para mantenerme sedada y no logrará recordar nada reciente, no dudo que Darío o mi padre estuvieran detrás de eso, pero para no levantar sospechas, seguía asistiendo a sus consultas pero por otro lado iba con una psicóloga de confianza que había contratado Britney.

Lo que ahora me preocupaba eran las pesadillas que tenía todas las noches, me veía a mi misma amarrada con los ojos vendados, como si estuviera secuestrada, veo que me avientan una lata de atún, que me arrojan a una carretera envuelta en una sábana blanca y veo un rostro, el mismo rostro de siempre, me salva.
Me preocupa esa visión, porque no logro recordar nada y Britney me asegura que nunca me han secuestrado, cada vez me siento más angustiada y no puedo recordar nada más.







♡♡...
Hola, muchísimas gracias por seguir leyendo, ¿Les gustaría saber qué ha hecho Junior H todo este tiempo sin Andy a su lado? ¿Será que ya la olvidó? O ¿Aún la recuerda?

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