Capítulo 6

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Tomé el aceite de sésamo del armario de la cocina y solté un profundo suspiro.

Ahora que lo pienso, no hay arroz en la arrocera.

Miré a un lado y a otro; entre Baek Ha-min, que estaba sentado exhausto, y el contenedor de arroz vacío. Pensé en salir a buscar, pero no podía llevar a Baek Ha-min conmigo, y mucho menos dejarlo solo. No sabía si habría más secuestradores por ahí.

Baek Hae-min jadeó y se acurrucó en un rincón cuando oyó el ruido de una bolsa de pan siendo abierta.

El recelo en sus ojos al mirarme era menos, pero aún era visible.

...Bueno, no le ha salido ningún trébol.

N/C: Significa que no ha tenido suerte.

[─Te haré pan, en lugar de arroz.]

Los ojos de Baek Ha-min se abrieron de par en par ante mis palabras.

─Arroz... Yo quiero arroz...

[─No tenemos comida. Prepararé algo mañana, pero por ahora, come esto y duerme].

Baek Hae-min asintió con rostro serio ante mis palabras.

¿De verdad quieres arroz con huevo y salsa de soja?

Quería darle algo más de comer después de todo lo que había pasado hoy, pero lo mejor que pude conseguir fue un trozo de pan con un huevo.

Mientras mezclaba la leche y los huevos, Baek Ha-min giró la cabeza y me observó. Su expresión era entre curiosa y recelosa, así que saqué una silla y la puse a un lado, él se acercó cautelosamente y se subió a ella.

─¿Qué estás haciendo?

[─Horneo pan].

─¿Qué es esto?

[─Huevos mezclados con leche].

En lugar de mantequilla usé aceite, mientras la sartén chisporroteaba, empapé el pan en el huevo y luego lo puse a freír. Mientras el pan se doraba, yo respondí a sus preguntas sobre esto, aquello y todo lo demás.

Pasé el pan moderadamente dorado a un plato y acerqué la silla en la que estaba sentado Baek Ha-min a la mesa.

─¡Ja, ja, ja, ja!

Baek Hae-min se rió, sujetándose a su silla tambaleante, y luego cerró la boca cuando su mirada se encontró con la mía.

Pensé que el olor a pan lo había relajado un poco, pero supongo que sigue en guardia.

[─Come].

Espera. ¿Cuántos años tiene? Parece tener unos seis o siete, así que ya debería saber usar palillos.

En el momento en que le di el único par de palillos de la casa, la expresión de Baek Ha-min Hamin se volvió seria.

Vaya, te pareces a tu tío cuando frunces el ceño.

Cuando pensé en Baek Eun-seong, se me revolvió el estómago. Pensé que no podía desquitarme con un niño inocente, así que intenté irme, pero Baek Hae-min me detuvo y me miró con sus ojos llorosos.

─¿Tienes un tenedor de conejo...?

¿Un tenedor de conejo?

Solté una risita, incapaz de ocultar mi momentánea vergüenza. Era imposible que pudiera tener un tenedor de conejo cuando no había nada alrededor.

El villano principal se ha convertido en un chicleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora