Capítulo 7

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A la mañana siguiente.

En el momento en que fui a comprobar si Baek Ha-min todavía estaba dormido, de repente se despertó sobresaltado y olió un montón de tréboles.* Lo ví escondiéndose en un rincón, quizás asustado por el lugar desconocido, me levanté en silencio y me dirigí a la cocina.

N/C: "... y olió un montón de tréboles": recordemos que en el capítulo anterior menciona que mientras el pequeño duerme, de sus deditos crece una plantita, esto es porque tiene la habilidad "vegetación", es posible que mientras dormía más plantitas surgieron.

Mientras cocinaba el arroz y freía los huevos, Baek Ha-min vino corriendo hacia mí, respirando agitadamente, y se aferró a mi pierna. Esperé un momento a que se cocieran los huevos, me puse en cuclillas y miré a Baek Ha-min a los ojos.

[─¿Estás despierto?]

─Mmm, mmm...

[─Entonces ve a bañarte. Vamos a comer].

─Sí.

Antes de dirigirse al baño, Baek Ha-min se despidió y me dio unas palmaditas en la rodilla. Luego me miro fijamente y fue a bañarse.

Después de mojar toda su ropa como el día anterior, Baek Hae-min se sonrojó al ver el cubierto con un conejo encima.

─...

Además del arroz, compré el maldito conejo para la hora del desayuno.

De haber sabido que le gustaría tanto, lo habría despertado con el "mando celestial", antes de ir al supermercado...

Suspiré y volteé hacia Baek Ha-min, que en ese momento se estaba cambiando la ropa mojada.

[─¿Cómo deseas que te sirva el arroz? ¿Mezclado o solo?]

─Mezclado.

El desayuno elegido por Baek Ha-min fue arroz con huevo, salsa de soja y kimchi.

Mientras Baek Ha-min masticaba su arroz caliente recién hecho, soltó una risita al ver el kimchi que le había puesto encima.

─Tío, ¿cumpliste tu promesa de ayer?

Estaba dispuesto a arrancarme los ojos por no haberle dado arroz.

No sé por qué se parece tanto a su tío.

Miré a Baek Ha-min, que sonreía hasta que aparecieron sus hoyuelos, y negué con la cabeza. Sólo pensar en Baek Eun-seong me hacía sentir como si estuviera hirviendo en lava.

Probablemente Do-hyeon tenía ese sentimiento porque le habían comparado con Baek Eun-seong, así que por despertar como alguien de clase S, a los 17 años, estaba obligado a sentirme podrido por dentro.

Después de apartar a Baek Eun-seong de mi mente, le pregunté a Baek Ha-min, que estaba buscando pan, si no era suficiente "renunciar a una olla entera de arroz" por miedo a ser comparado con un cazador.

[─Tengo que ir a trabajar, ¿qué vas a hacer?]

─¿Puedo ir contigo?

[─No, puedes quedarte solo en casa].

─Iré contigo.

Tras ponerme la ropa, que había dejado secando durante toda la noche, Baek Ha-min se acercó a mí y como si fuera algo natural, me abrazó a su cuerpo delgado, estrechó mi cuello con fuerza y me susurró al oído:

El villano principal se ha convertido en un chicleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora