Capítulo 18

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Me crucé de brazos, mientras Baek Eun-seong me lanzaba una mirada de incredulidad.

Naturalmente, el Baek Eun-seong que conocía era alguien que no podría tocar la comida hecha por Song Do-hyeon.

Pude haberle pedido a los profesores que compraran comida directamente en lugar de pedirles ingredientes, pero estaba preocupado por el alcance que tendría el dinero de Baek Ji-sung si es que les propusiera un soborno, pero igual me preguntaba si confiaría en mí si cocinaba la comida delante de él.

Me había costado mucho partir la leña, encender el fuego y preparar la comida para cada uno.

─Hu...

Bueno, ya veo... ¿Qué clase de persona era Seong Do-hyeon? No hay manera de que la imagen que una persona ha construído firmemente pueda cambiarse tan fácilmente haciendo algo como ésto.

Traté de calmar mi ira hirviente, observé en silencio como Baek Eun-seong rociaba uno a uno, varios antídotos sobre las bolas de arroz que había preparado. Después de que el antídoto se absorbió, tomó un pequeño trozo con la punta de sus platillos y se la llevó a la boca.

Debe haber pensado que ahora todo es más seguro.

A continuación le entregó las bolas de arroz a Baek Ha-min, quien enseguida comenzó a masticarlas, tenía las mejillas abultadas de bolas de arroz, él corrió hacia mí con una mirada pensativa.

─Tío, ¿sabes qué?

─¿Qué?

El Baek Ha-min real tiró de mi brazo, se sentó a mi lado y me susurró al oído:

─Tienen mejor sabor las que haces tú.

¿Quieres que las prepare de nuevo?

Claro que las que yo hago saben mejor. La diferencia entre comer arroz caliente y comer arroz frío por andar haciendo bastantes pruebas, es bastante significativa.

Baek Ha-min también parecía saberlo. Cuando estuvo en mi casa por un tiempo, hubo momentos en los que se abalanzó sobre mí con su tenedor, antes de que pudiera ofrecerle la comida que había dentro de la sartén.

─Sólo por hoy cómelo así, ¿de acuerdo?

Sí.

Si.

Baek Ha-min de repente se puso sombrío, como una flor marchita. Baek Eun-seong se sorprendió al verlo en ese estado. Observó a los niños con una expresión en blanco y luego me miró a mí.

¿Qué estás tratando de hacer?

Hice lo mejor que pude para ayudar, sin embargo me trató como si hubiera intentado envenenarlo.

Su sarcasmo tuvo tal impacto, que casi hizo que me quitara los guantes y los arrojara, pero no lo hice pues Baek Ha-min me miraba, justo en ese momento, se levantó y se acercó a mí con un tazón lleno de bolitas de arroz.

─Tío, ¿puedo comer contigo?

Pensé en enviarlo a comer con su tío, pero luego me di cuenta que no era bueno involucrar niños en peleas de adultos, así que terminé asintiendo. Luego Baek Ha-min sonrió alegremente, sacó unos champiñones y se puso a ahumarlos aquí y allá.

Me pregunté qué tipo de hongo era, pero el niño continuó ahumándolos mientras permanecía sentado sobre otro hongo tan suave como un cojín.

En lugar de comerse las bolas de arroz, me miró.

El villano principal se ha convertido en un chicleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora