─Tío, ¿sabes qué?
Dejé de enrollar el pelo de Baek Ha-min para ver si la maldición se había desvanecido un poco, y luego volví a escuchar a Baek Ha-min repetir "¿sabes qué?" por centésima vez.
─Tío, ¿te gusta nadar? Tenemos una piscina muy grande en casa.
─La verdad es que no. Para mí, nadar no es ni más ni menos que agitar las extremidades en el agua.
Después de enjuagar su suave pelo castaño con las manos, se lo sequé ligeramente con una toalla. Una vez limpio, Baek Ha-min se puso su pijama azul de conejo y se acurrucó sobre mí.
─¿Ya tienes sueño?
─Ugh...
Terminé de ponerle el pijama y le acaricié el pelo. Como no conseguía dormirse, me habló sobre las cosas buenas que había en su casa.
Aunque fingiera que no, claramente se sentía incómodo aquí. Baek Ha-min, que había estado presumiendo de lo grande que era su cama, bostezó suavemente.
─Y...
─¿Qué tan grande es la casa? ¿Aún tienes algo de qué presumir?
Mañana Baek Eun-seong probablemente vendrá temprano.
Pensé que tal vez sería buena idea hacerlo dormir usando "Mando Celestial", pero Baek Ha-min se dio la vuelta y se acurrucó contra mí.
─¿Sabes qué? Yo tengo un secreto.
─Ya te he dicho que los secretos no están hechos para ser contados.
─Pero puedo confiar en tí.
Baek Ha-min hizo una expresión inútil para un niño de siete años y agarró mi dedo meñique.
─Esa cosa en mi pierna... También se encuentra en el corazón de mi tío Eun-seong.
Con esas palabras, Baek Ha-min finalmente se quedó dormido, lo único que se escuchaba era su suave respiración.
Después de esperar a que Baek Ha-min se durmiera profundamente, subí un poco el pantalón de su pijama y miré la maldición que tenía en la pierna.
Ya sabía que Baek Eun-seong estaba bajo la misma maldición. La razón por la que Baek Ha-min abrió la caja de P en la novela original fue para salvar a Baek Eun-seong de la maldición.
Miré a Baek Ha-min, que dormía mientras respiraba levemente. Estaba bastante seguro de que la razón por la que había estado fanfarroneando tanto últimamente es porque quiere que vaya a su casa y haga algo con la maldición de su tío también...
Lo siento, pero no puedo concederte ese favor.
El recuerdo de Do-hyeon mientras controlaba este cuerpo era que deseaba que Baek Eun-seong muriera, pero para que yo volviera a mi mundo original, Baek Ha-min tenía que abrir la caja de P. Y para hacer eso, Baek Eun-seong tenía que ser puesto en peligro.
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─Tío, ¿no vas a salir...?
─Me tomé el día libre.
No sabía en qué momento aparecería Baek Eun-seong, así que tenía que estar preparado. Baek Ha-min se aferró a mi pierna mientras apilaba su equipaje junto a la puerta principal. Estaba jugando con los cordones de su sudadera con capucha, y permanecía en silencio, ya no estaba de parlanchín, pero de repente preguntó:
