Five years without you (Camren)

Capitulo. 5

Los ojos color Nutella

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Todo el mundo tiene. Algunos sólo a veces y otros, como yo, siempre.

Depende de cada persona, de cada día, de cada estado de ánimo. No importa tu edad, sexualidad, color, cultura...

Siempre llega, a veces llega como un
aviso, un mal recuerdo, frutos de tu subconsciente e incluso como traumas.

En mi caso es un poco de todo y si a ti que estás leyendo esto te pasa o has pasado por algo así, lo siento mucho.

Lamento tener que vivir con esto, lo
siento, no puedo olvidarlo.

No te sientas culpable, ni intentes lastimarte de alguna manera después del incidente solo porque no puedes detenerlo, un trauma siempre es un trauma, pero siento aún más pena por haber pasado por eso.

Si es posible busca ayuda, un profesional sabrá mejor qué hacer...

Siempre es igual, las mismas caras, solo cambian algunos detalles. A veces empieza como un sueño, lo hueles, de hecho lo sientes todo, pero ¿sabes la peor parte? Siempre se siente real.

¿De qué estoy hablando? Pesadillas...

Malditas pesadillas y parálisis del sueño que siempre me despiertan llorando, gritando y sudando. Después
de seis años y medio te terminas acostumbrando, debes pensar que los tuve por Camila, ¿no? Lamento
informarles que no, tuve esto antes de enamorarme de ella y nunca nadie pudo detenerlos, de hecho una persona fue la que menos logró y esa persona fue Camila.

Cada vez que me acosté con ella, de todas las veces, solo tuve pesadillas unas pocas veces. Y esas pocas veces, ella me abrazaba, me decía que me
amaba y que no era real, me abrazaba, cantaba y se quedaba despierta conmigo, porque yo nunca podía
volver a dormir.

[Flashback on]

Desperté con un susto con la garganta ardiendo acompañada de ganas de llorar, me senté en la cama y abracé mis rodillas, en un fallido intento de
autoprotección.

Me sentí frágily odié sentirme así con todas mis fuerzas. Observé atentamente la habitación poco iluminada hasta encontrar la rendija de luz que salía de la puerta, suspiré aliviada al saber que finalmente todo había terminado.

Sentí unas ganas absurdas de salir corriendo, sentia como si la habitación se cerrara y mi falta de aire estaba más presente.

Cerré los ojos en un intento fallido de olvidar eso, pero ese simple movimiento me hizo recordar todo. Fue entonces cuando sentí una mano en mi hombro, haciéndome acurrucarme en el borde de la cama.

- Lo tuviste otra vez, ¿no?

La voz estaba llena de sueño y preocupación, la miré y solo pude ver su torso y el brillo de sus ojos debido a
la poca iluminación, pero sabía que su rostro tenía una mirada triste.

Y fue mi culpa..

- Pensé que estabas durmiendo, solo fui a tomar agua.

-Lo... Sabes que no necesitas mentime.

Camila salió de las sombras y se sentó a mi lado mientras acariciaba mi cabello suelto y desordenado.

- Sentíque te movías en la cama, Lo -

Suspiré derrotada, mirando hacia abajo mientras jugaba con el anillo en mi dedo

- No seas esa pared ahora, por
favor déjame ayudarte.