Epílogo: Waan jai

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Vivimos en un mundo de sistemas y posibilidades. La historia científica cuenta que la creación del mundo se debe a un explosión en el universo que trajo como consecuencia la formación de los planetas. ¿Que posibilidad había de que de la nada aquello sucediera?

1 entre millones, y sin embargo, sucedió.

La teoría del caos nos cuenta que en el mundo existen tres sistemas dinámicos, que son:

El sistema estable, que es cuando dos soluciones con condiciones iniciales suficientemente cercanas siguen siendo cercanas a lo largo del tiempo.

El sistema inestable, cuando dos soluciones con condiciones iniciales diferentes acaban divergiendo por pequeñas que sean las diferencias entre las condiciones iniciales.

El sistema caótico, cuando el sistema no es inestable y si bien dos soluciones se mantienen a una distancia «finita» cercana a un atractor del sistema dinámico, las soluciones se mueven en torno al atractor de manera irregular y pasado el tiempo ambas soluciones no son cercanas, si bien suelen ser cualitativamente similares. De esa manera, el sistema permanece confinado en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor fijo.

Bueno, esto es científicamente hablando, pero para definir mejor, el sistema caótico se caracteriza por su tendencia a cambiar drásticamente. Puede que sus condiciones iniciales sean exactamente iguales, pero una sola diferencia podría generar que el sistema cambie drásticamente, más de lo que incluso imaginamos.

Entonces, vivimos en un mundo de sistemas y posibilidades. Vivimos en un mundo de causas, efectos e infinitas posibilidades.

Todo lo que hagas en un día puede generar una diferencia brutal a corto o largo plazo. Todo lo que hagas justo ahora, puede desencadenar un acontecimiento, un efecto, que tal vez se presente justo ahora, o con el paso del tiempo. Por ejemplo, si haces trabajo muy pesado todos los días, quizás al comienzo no se note, pero a largo plazo comienzas a sufrir de la espalda, de tus manos, o incluso obtengas algo tan malo como una hernia. Quizás alguna vez te pillaron diciendo alguna cosa que no debías, ¿que pasaría si te lo hubieses guardado para ti mismo? Cada acción tiene una consecuencia, y esta puede presentarse de un momento a otro o cuando menos te los esperes.

" El aleteo de las alas de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tempestad en Nueva York. "

El aleteo sería la causa, y la tempestad el efecto.

No importa lo que hagas, nadie puede escapar de las consecuencias de sus acciones y cuando decides hacerte consciente de ello, todo, absolutamente todo cambia; y si el ser humano realmente cambia, entonces también lo hace su sistema de posibilidades, tal vez cambiando de caótico, a estable.

Aunque en aquel entonces Rebecca no lo supiera, fue exactamente eso lo que Freen hizo. Cambió su sistema dinámico, se volvió consciente de que todas las acciones tienen una consecuencia, así que tomó decisiones correctas para que las cosas pudiesen cambiar para ella. Freen aún no había visto el resultado de su gran sacrificio, pero no sabía que algunas decisiones hacen efecto a largo plazo, siempre y cuando te mantengas fiel a las primeras decisiones que tomaste, entonces, tu sistema se mantendrá estable.

Así pasó Sarocha, inconscientemente, nueve años de su vida.

Pero ella no pensó en la teoría justo como estamos conversando ahora mismo, ella solo vivió el día a día, en duda, sin saber si realmente habría un efecto en sus decisiones o no. Freen tomó su decisión completamente desapegada al efecto de esta. Ella solo quería que Becky tuviese vida, sin importar si en el futuro esto la favorecería a ella o no, Freen nunca vio ese efecto, solo pensó en el bienestar de la mujer que amaba.

Butterflies (freenbeck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora