Marcus
Ethan iba a pasar por casa a retirar los apuntes de literatura. Mi padre estaba en la iglesia con unos trámites, así que estaba solo. Mejor...Mi padre no tiene la mejor opinión sobre los Osborne, según él, son una de las familias que ha maldecido este pueblo desde sus orígenes.
En mi opinión, es algo exagerado. Sin dudas, aparenta ser una de esas historias contadas en Halloween para espantar a los niños.Escuché el timbre y cuando abrí, allí estaba Ethan con su cabello desordenado, como era cotidiano.
- ¡Ey! Marcus, mil disculpas por molestarte -me dijo saludando con la mano.
- No hay problema, ¿quieres pasar a tomar algo mientras busco los apuntes? -hice una mueca divertida señalando el interior de la casa.
- No quiero causar problemas.
- No causas problemas. Por favor, pasa. Estoy solo y la verdad no me vendría mal algo de compañía.
Me moví para que pasara por la puerta, en el proceso guiándolo hasta la sala de estar donde nos sentamos en unos sofás.- ¡Wow! ¡Tu casa es genial! -exclamó con impresión.
- No es tanto, la verdad. Espérame aquí, ya traigo algo para beber y los apuntes.
Estaba realmente nervioso, aunque no sabía por qué. Una sensación rara en el estómago crecía cada vez que lo veía. Sin embargo, no parecía ser algo malo, al contrario, era algo que me daba seguridad.Subí a mi habitación por los apuntes y cuando bajaba escuché unos gritos.
- ¿Qué haces tú aquí? -era la voz de mi padre que le gritaba a Ethan-. ¡Qué haces en mi casa! Tú no tienes el derecho de venir aquí -gritaba empujando bruscamente el hombro a Ethan.
Cuando finalmente bajé, lo vi ahí parado al frente de mi padre. Tenía en la cara una expresión sorprendida, los ojos muy abiertos y la boca abierta. Mi padre no paraba de gritar barbaridades. Yo no podía entender cómo era que él estaba ahí. Habría terminado sus papeles demasiado rápido y no me había avisado que volvía a casa.
Fue entonces cuando me abalancé contra él y los separé. Le di los apuntes y le susurré al oído: "Perdón, no era mi intención. No sabía que volvería tan temprano". Como pude, lo saqué de la casa. Era inminente la discusión que se aproximaba.Les tengo que pedir una disculpa, comenzé este proyecto y a mitad de camino surgieron muchos inconvenientes que me causaron daños tanto físicos como psicológicos. Realmente necesitaba un descanso.
Desde ahora, me comprometo a terminar la historia.
¡Muchas gracias por leer! ¡Y nos vemos en el próximo capítulo!🥀🥀
ESTÁS LEYENDO
catarsis .
RomanceHabía una vez en Salem, una pequeña ciudad que había sido marcada por la historia de sus brujas. Pero en medio de esos cuentos de la antigüedad, existía una historia de amor moderna y valiente, protagonizada por dos jóvenes que se amaban más allá de...