XVI - I

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Advertencia: A continuación habrá escenas que podrían ser perturbadoras para algunas personas.

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Abro los ojos lentamente sintiendo un fuerte dolor de cabeza y en mi hombro. Es así como recuerdo que no estoy en mi casa, ni en un lugar donde pueda levantarme a leer o hacer cualquier otra cosa... que no sea observar a Gerien, sentado en la silla y atado a esta, haciéndome rememorar situaciones de mi pasado que no me gustan recordar, principalmente esa noche en que mi padre vivió algo similar a lo que el golpeado está por vivir. La vista poco a poco se me aclara más y presto atención a lo que sucede.

-Hmm... ya despertaste -escucho la voz de Marvel.

Estoy acostada en el suelo con los pies atados y las manos apresadas alrededor de una tubería, algo fina, que va del suelo al techo. Además, tengo una cinta adesiva gruesa pegada en la boca para que no pueda hablar.

Me muevo con esmero para sentarme mientras le echo una ojeada a Gerien. Su estado continúa igual que la última vez que estuve despierta, en cambio está empapado.

-Ya puede empezar el espectáculo -se ríe con sorna sin dejar de usar su voz melosa cuando no es una persona dulce.

Para nada.

-Suéltame -ordena el golpeado y niego sabiendo que es inútil.

Marvel se acerca para tomarme del cabello y obligarme a levantar la cabeza. No realizo expresión alguna por eso me estampa la cara contra el tubo. Cierro los ojos buscando paciencia, y concentrándome en permanecer neutral.

-Te extrañé tanto, Barbie.

El odio se refleja en mi mirada fulminante cuando dice tal frase.

-No la toques -espeta Gerien sacudiéndose en la silla.

-¿Qué te parece si jugamos con él un poco para divertirnos? -me cuestiona ella esta vez soltando mi cabello, para intentar rozar su uña roja por mi rostro, solo que no se lo permito porque le aparto la cara-. Eres tan malcriada, no has aprendido nada ¿verdad?

-¡Apártate de ella, hija de puta! -le grita el otro cuando Marvel me propina un puñetazo en la nariz.

Encajo mis uñas en mis palmas y muerdo mi lengua, en un intento de concentrarme en otros dolores que no sea el de mi nariz.

-Que lindo -canturrea ella esta vez para verlo.

-Déjala -insiste el pelinegro con una mirada cargada de ira-. ¿Qué hiciste con Patrick? -le cuestiona.

La carcajada hace estruendo en el sótano y cierro los ojos sabiendo la respuesta.

-¿En serio quieres saber, mocoso?

-Sí.

-Pues no te diré, ¿te jode? -usa el sarcasmo dando dos pasos hacia él para pegarle una cachetada.

Con mi lengua comienzo a lamer la separación de mis labios e intentar abrir la boca, aunque me duela a causa de la precinta en esta.

-Ok, cariño -ella lo evalúa de pies a cabeza y con una navaja le rasga la camisa, por lo cual distingo el alivio en sus ojos al no traer consigo su hoddie favorita-. Veamos que tenemos aquí.

Christine #1: Somos Sociópatas © [✓][Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora