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Luego de decirle a Stella que sus hijos están en peligro ella me pregunta de qué hablo, a lo que le respondo:

-Nada. -Apretando los labios, pero termino añadiendo-: Aunque, ya que sabes sobre mi y mi pasado, debes de conocer que tengo a un psicópata detrás de mi todo el día. Está obsesionado conmigo, por lo cual quiere matar a Gerien y no comprendo por qué no lo ha hecho aún -aviso frunciendo el ceño pensativa-. Ya sabes, cosas de las que debes atenerte al estar cerca de mi. Ahora déjame sola -le doy la espalda para buscar mi vieja laptop.

La tengo gracias a que un día Oswin -el marido de Caroline-, me la trajo junto a un par de cosas de papá. Sí, él me las dio, a escondidas, pero lo hizo y le estoy muy agradecida.

-No lo haré -informa mi niñera sentándose en la cama-. No estás sola. Me tienes a mi, aunque no me quieras. Pero yo estoy aquí.

-Por trabajo, dinero y una venganza de tú marido -suelto.

-Eso es lo de menos. Antes de conocerte ya sabía que me necesitabas, no como una niñera que solo te pone reglas y te ayuda en algunas cosas, sino como una amiga que esté ahí para ti cuando quieras -me avisa viéndome dolida por mi actitud por semanas con ella.

Niego con la cabeza ansiosa de que se calle. Esas son solo palabras, solo eso. Siempre me dicen palabras y termino tirada en el suelo horas después.

¿Y los hechos en dónde quedan?

Esas son otras de las cosas en las que ya no creo. Estoy tan perdida, por lo cual nadie jamás me va a encontrar.

-¿Terminaste? Gracias por tus motivadoras palabras, te amo -suelto con sarcasmo-. Puedes irte -me cruzo de brazos.

-Déjame ver lo que te pasó en las mano.

-No quiero.

-Christine, por favor. Déjame ver que tal está eso -me pide con súplica.

-No quiero -replico nuevamente.

-Solo echarle un vistazo y ya, no te pido que vayamos al hospital -insiste-. Lo hago y me voy.

La observo fijamente con la mirada fulminate, sus ojos verdes me ven preocupados, pero con seguridad. Descruzo mis brazos y me empiezo a deshacer los vendajes segundos después. Mis nudillos quedan al descubierto en cuando termino de quitarme la gasa. Stella hace una mueca como si fuese a ella a la que le doliera y no a mi.

-Está hermoso -sonrío como si me alegrara el hecho de haberme auntolesionado mis manos.

-No digas eso. ¿Cómo te hiciste eso? -se sobresalta sosteniendo mi mano izquierda con delicadeza-. ¿Alguna vez has consumido drogas? -me cuestiona sin venir al tema.

-¿A qué viene eso? -frunzo el ceño atónita.

-Se pocas cosas sobre tu pasado, pero con lo que sé puedo intuir que si continuas por este camino terminarás igual que...

-No me compares -murmuro de mal humor.

-Me preocupas, Chris -suaviza el semblante al instante.

-No te lo he pedido -arrebato mi mano de un tirón el cual me provoca un dolor en toda la zona afectada, pero no lo demuestro -. ¿Ya viste? Ahora puedes dejarme sola -empiezo a vendarme otra vez la herida.

Christine #1: Somos Sociópatas © [✓][Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora