4 - Esperanza

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Una vez en el campamento, Gilbert les puso al tanto de la situación: después de que la ciudad estallara en caos, un pequeño grupo de supervivientes estableció aquel campamento provisional mientras esperaban ayuda del ejército. Los días pasaron y la gente fue llegando, hasta ese día eran alrededor de cincuenta hombres y mujeres con algunos niños.

Los suministros esenciales se encontraban críticamente bajos y sobrevivían con lo que algunos valientes lograban traer de la ciudad. Aunque valor no les faltara, experiencia y habilidad sí, por lo que siempre perdían personas a manos de aquellas bestias. Solo Gilbert quedaba, y no era capaz de conseguir suficiente para todos.

Jack observaba el campamento desde lejos, sentado sobre una gruesa raíz que sobresalía del suelo. Su mente jugando ping pong con dos pensamientos: encontrar una forma de controlar ese fuego en su interior y descubrir qué debería hacer después.

-Ahora que estás aquí, creo que podríamos entrenar a algunas de estas personas -dijo Gilbert.

-¿Por qué estás haciendo esto? -preguntó Jack sin ánimos. -¿Por qué estás asumiendo responsabilidad por estas personas?

-Porque nos necesitamos los unos a los otros, Jack. La civilización como la conocemos ha dejado de existir. Los días de ser un simple observador se han quedado atrás, si no ayudamos a reconstruir, no habrá futuro.

Los gritos de un joven interrumpieron la conversación:

-¡Capitán Jack! ¡Capitán Jack! -decía el joven Jacob corriendo hacia ellos. Asumió una postura formal: con ambos brazos detrás de su espalda y los talones pegados. -Estamos alegres de que se encuentre a salvo, señor. Lo dábamos por fallecido.

Jack miró a Gilbert de reojo. Odiaba las formalidades, pero Gilbert insistía en que mantener las apariencias era importante para que la cadena de comando sea respetada.

-Jack aprecia tus preocupaciones, muchacho, pero ¿por qué no le muestras el lugar a Leah? Estamos ocupados -Intervino Gilbert como si le hablara a un soldado raso.

El chico asintió energico y salió corriendo una vez más.

-Esta gente necesita un líder, Jack, y yo no puedo serlo -Continuó, observando cómo Jacob jalaba de la mano de Leah.

-¿Por qué no? Eres mejor que yo. Tengo mal temperamento, y una mecha corta.

Gilbert negó con la cabeza, quitándose la capa y revelando cómo su brazo derecho había sido consumido casi que en su totalidad por cristales azules como topacios. Jack se levantó de un salto, la memoria de Ann volvió a su mente en un destello.

-Se hacen más grandes y crecen más con cada día. -Dijo Gilbert volviéndose a poner la capa. -No sé cuánto tiempo me quede, a este ritmo quizás un mes o dos, depende de mi uso del poder.
Jack apretó los dientes; a este paso no le quedaría nadie.

-Este no es momento para dudar de ti mismo. Todavía existe un futuro. -Dijo Gilbert sujetando el hombro de Jack. -Prométeme que protegerás ese futuro para Jacob.

Esa noche, despues de un par de palabras de Gilbert, todas las personas del campamento se reunieron frente a una fuerte hoguera para escuchar un importante anuncio. Con el rostro frío y malhumorado, Jack los observaba acumularse.

-Como algunos de ustedes ya conocerán, mi nombre es Jack. -Exclamó con voz firme. -A partir de hoy voy a tomar el control de este campamento.

Un murmullo estalló entre el público, pero Jack no se detuvo.

-He estado en Yasir, Burdas, Radafest y el resto de pequeños pueblos de la zona, y déjenme decirles, es hora de que tomen el control de sus propias vidas, porque nadie vendrá a salvarlos. Ahí afuera no hay más que enemigos.

Providence [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora