6 - El fin de una era

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A las afueras de Radafest, Jack observaba con ojos cansados cómo el primer grupo de supervivientes lograba escapar, agotados y asustados de muerte; le pasaban de largo, sin mirar atrás. Jack esperó. Los minutos pasaron y otros pequeños grupos seguían siendo escupidos por la ciudad, hasta que finalmente lo vio; el joven muchacho salió a las espaldas de una pareja mayor, viéndose inquieto más que con miedo.

-Perdimos a algunos. -Exclamó Jacob mirando atrás mientras se acercaba a Jack. -Creo que ellos eran los últimos en lograrlo.

-¿Te quedaste atrás para escoltarlos? -Preguntó Jack sorprendido.

Jacob asintió con la cabeza mientras miraba a los alrededores -¿Gilbert se adelantó a la base?

Con los dientes apretados, Jack le dio un fuerte abrazo. El rostro de Jacob se relajó enseguida, su nerviosidad había sido sustituida por un silencioso pesar.

-Lo sabía. -Dijo apartándose y comenzando a caminar en dirección a la base. -Te espero allí.

"¿Es ese el pequeño soldado que querías criar, Gilbert?"  Pensó Jack al observarlo marcharse, su rostro se veía calmado, pero contenía un océano de lágrimas.

Al llegar a la base, Jack se encontró con Leah esperando en el interior, junto a otros tres integrantes de su banda.

-Te tomaste tu tiempo. -Dijo, poniéndose de pie para recibirlo. -Todos tienen comida, agua y un lugar para dormir. Todos los que llegaron al menos. ¿Qué pasó?

-Los subestimamos. Sean lo que sean. -Respondió Jack sin ganas. -¿Cuántos lo lograron?

-Veinte... ¿Es verdad? ¿No lo logró?

Jack negó en silencio.

-Tú estás a cargo ahora. -Dijo Jack retirándose a su oficina.

Desplomado sobre su sillón, contempló las iniciales grabadas en la empuñadura de su arma, «GB». Recordando todas las cosas que habían hecho juntos en esos últimos treinta años. "Este fue el único plan en el que te equivocaste, amigo. Hoy dejaste morir al hombre que iba a salvar a la humanidad, y salvaste al que causó su destrucción."


Horas después, Jack fue despertado bruscamente por el sonido de un disparo. Con arma en mano, bajó las escaleras corriendo. En la sala, pasando el círculo de espectadores asustados, se encontraba un hombre joven, en sus veinte y pico, alzando un arma con una mano y con la otra una hogaza de pan.

-¡Zack! -gritó Jack al verlo -¡Guarda ese arma ahora mismo!

Al escucharlo, el hombre guardó su arma de inmediato, con expresión de alivio.

-Menos mal, ¡Jack! -exclamó el joven con tono estresado. -Estos buitres están intentando robarnos todos nuestros recursos y cuando los detuve, se volvieron agresivos. Ese es el único motivo por el que disparé, lo juro.

Observando mejor la situación, Jack pudo ver a una mujer paralizada en el suelo. La reconoció de inmediato del campamento, cuando le pidió ayuda.

-Dale el pan, Zack. -ordenó Jack entre dientes.

El hombre se inclinó hacia atrás, sorprendido y confundido.

-Pero, ¡mira cuántas personas hay! -exclamó Zack, irritado, recorriendo con la mirada al grupo de personas inconformes. -¡Nos moriremos de hambre en cuestión de semanas!¿ Y para qué? ¿Para mantener a un montón de extraños?

-¡Maldición, Zack, solo dale el maldito pan! -bramó Jack acercándose a él.

Con un audible sonido de disconformidad, Zack tiró el pan a los pies de la mujer.

Providence [ESP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora