Capitulo⁰¹

252 20 0
                                    


Era domingo en la mañana, dentro de una acogedora casa a las afueras de Seúl se encontraba un adorable híbrido de gato, que debido a la claridad de la mañana se vio obligado a despertar. A su lado se encontraba su adorado hyung durmiendo plácidamente, atraído por el calor que desprendía su pareja, se acurrucó sobre su pecho mientras soltaba un tenue ronroneo de satisfacción, no quería levantarse, pero era el día de descanso del mayor y él no podía permitir que el sueño de su amado se viera interrumpido por el resplandor del sol.

Frotó su cabecita, logrando impregnarse del olor a cacao y selva húmeda que desprendía su hyung, el olor de Jimin era como un energizante del que le gustaba llenarse antes de empezar su día. Depositó un beso húmedo en su mejilla y se levantó a cerrar las cortinas, dejando la habitación en una agradable oscuridad para dormir.

Su estómago rugió, Taehyung se llevó sus manitas al lugar sobando donde surgió el sonido, tenía hambre, pero si cocinaba algo haría demasiado ruido y despertaría a Jimin, quien al ser tigre tenía la audición demasiado fina.

Caminó hacia la cocina y encontró a su salvador; una lata de leche en polvo a lo alto del gabinete donde estaba la despensa. Estiró su cuerpo y trató de alcanzar el objeto, pero sus intentos fueron en vano, su corta estatura le impedía alcanzar su deseado alimento.

Hizo un puchero y trazó un pequeño e improvisado plan para poder tomarla; con cuidado subió su pierna derecha sobre la encimera cuidando de no botar ningún vaso de alrededor, sabía que Jimin se molestaría si lo encontraba escalando sobre lugares donde podía resbalarse, ¡pero vamos! él era un gato, los gatos siempre aterrizaban de pie, ¿o no?

Levantó su brazo, pero aún no lograba tocar la lata. Con el pie que quedaba apoyado en el suelo tomó impulso y subió su pierna contraria para posicionarla de la misma forma que la anterior, sin embargo, su rodilla derrapó por la superficie cuando asentó debido a un pequeño charco de agua que no se había secado después de lavar los platos la noche anterior.

Taehyung cerró sus ojitos, esperando el golpe que iba a recibir su frente con la esquina de madera, pero para su suerte, nunca llegó.

— Recuerdo haberte dicho la última vez que me llamaras si necesitabas algo que estuviera fuera de tu alcance.

Las fuertes manos de su hyung lo sostenían de la cintura impidiendo que su cuerpo se golpeara por el resbalón que dio. Jimin cargó al pequeño cuerpo y lo sentó sobre la encimera. Taehyung bajó sus orejas, arrepentido de haber desobedecido a su hyung. No era la primera vez que sucedía algo parecido, él le había prometido dejar de escalar lugares cuando estuviese en su forma humana debido a que su imprudencia le había provocado un esguince en la mano la última ocasión.

— Lo siento, hyung.

Jimin acarició una de las regordetas mejillas de su novio y dejó un suave beso en el puchero que había formado. Taehyung enseguida levantó sus orejas que se habían escondido por debajo de sus cabellos rubios en señal de felicidad al ver que Jimin no estaba molesto con él.

— Otro — pidió mientras rodeaba sus brazos en el cuello de su pareja.

El mayor obedeció gustoso, perdiéndose en la suavidad de los labios de Taehyung, su boca se sentía tan dulce y cálida contra la suya que tuvo que obligarse a separarse antes de que su tigre empezara a ronronear como buen felino que era.

— Buenos días, amor. — murmuró contra sus labios mientras acariciaba con la yema de sus pulgares la espalda baja del menor.

— Buenos días, Jimin. — respondió feliz, escondiendo su rostro en el acogedor cuello del nombrado.

Jimin inhaló el dulce aroma del cabello de Taehyung mientras se hundía en un cómodo abrazo con su pareja. Tal vez no había podido despertar tarde como había deseado, pero estar en los brazos de su omega era mucho mejor que recuperar el sueño perdido.

Dulce ronroneoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora