☾❀Papá Soltero En Apuros❀☾

-Muérdago-

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El invierno se había establecido, la navidad no tardaría en llegar y Mictia estaba más que emocionada por celebrar su tradición favorita.

Aquino y Mictia se encontraban desenredando las grandes luces navideñas que irían colgadas por toda la sala. No compraban un árbol grande de navidad, si no un pequeño pino artificial.

¿Por qué?

La noche buena siempre la pasaban en casa de Locochon, por lo que siempre, días antes, Mictia va a ayudar a su viejo tío a poner la estrella en la punta del árbol.

Entre toda esa felicidad, Aquino estaba preocupado. Temía que no le dieran las vacaciones que deseaba, que lo dejaran trabajando horas extras esa noche.
Su tos tampoco había mejorado, las pastillas la calmaban al menos por unas cuantas horas, pero cada vez le dolía más y más el toser.

Pero no podía estar pensando en eso, tenía que buscar el regalo de sus amigos y sobre todo el de su hija.

Mictia se encontraba sacándole el polvo al pequeño pino que tenían. Ya había acomodado las diminutas esferas por color al igual de que ya había desenredado una cuarta parte de las luces.

—Mictia, Pásame la caja de tu costado por fa.— Las luces navideñas jamás habían sido tan complicadas hasta ese día.

Mictia se dirigió a la caja y antes de poder arrastrarla hasta su padre, encontró algo bastante interesante.

—¡Papá! ¿Qué es esto?— La pequeña le enseño una decoración diminuta con apariencia de planta con pequeñas bolitas en medio.

—Eso es un muérdago Mic, y no recuerdo haber visto eso en navidades pasadas.— Le respondió extrañado.

—¡Ohh! ¿Lo puedo poned en el pinito?—

—No Mic, esto va colgado en el techo.—

—¿En el techo?— No entendía el porque iría una pequeña planta en el techo.

—Si, los muérdagos son como una tradición. Básicamente, si dos personas quedan paradas bajo un muérdago tienen que darse un beso ¿entiendes?—

Mictia lo entendía, entendía perfectamente su función, al igual que entendía a la perfección su "travesura"

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Mictia iba rumbo a la casa de su tío Locochon, ese día planeaban decorar la casa juntos para que todos puedan celebrar la navidad como se debe.

—Bien Mic, me voy al trabajo, pórtate bien.—

En cuanto Aquino cerro la puerta de entrada del tío Locochon, Mictia le mostró el pequeño muérdago a su tío.

—Mida, mi papá me dijo que esto sidve pada los besos ¿sabes quien debe dadse un beso?— Locochon la miro con malicia mientras que Mictia se acercaba a su oído y le susurraba algo.

Los dos sonrieron y comenzaron con su hazaña.

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Aquino y Michu estaban lo siguiente de estresados.

Tenían gastos esa víspera de navidad y no iban a desaprovechar las horas extras.

—Señor Aquino, venga de inmediato a mi oficina.— Parecía molesto, una muy mala señal.

—Suerte Aquino.— Dijo Michu.

El pobre del castaño caminaba con desesperación hacia la oficina de su amargado jefe, jamás había sentido que el pasillo hacia esa puerta llena de autoridad fuera tan largo.