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Una alarma estaba sonando por sexta vez en la mañana intentando levantar a su dueño

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Una alarma estaba sonando por sexta vez en la mañana intentando levantar a su dueño.

Cada vez se notaba más que a Jisung le costaba muchísimo despertar en las mañanas, mucho más madrugar.

— ¡Mierda! — Grito al apagar el bendito despertador. La cual estaba chille y chille—. ¡Me quede dormido!

Efectivamente, llegaría tarde a su audición si no se apuraba.

Se levantó de su cama lo más rápido que pudo, tropezando torpemente con sus pantuflas con forma de quokka al no ponérselas bien, cayendo al suelo instantáneamente. Golpeando su hermosa cara contra las frías y blancas baldosas de su muy elegante cuarto.

— ¡Ah! ¡Mierda! ¡Mi cara! — Se levantó y sobó levemente su nariz. Fue la que salió más herida de aquel golpe—. ¡De mi cara vivo, carajo! ¡No puede dañarse mi bello rostro! — Le reprochaba al aire, ya que, en ese momento, estaba solo.

Gracias al cielo, que sus padres estaban en la otra punta de la mansión Han. Si no lo asesinarían por tanto alboroto matutino, y no solo eso, sino que si se enteraban a donde iría también estaría en grandes problemas. Problemas mucho más graves.

Se levantó lo más rápido que pudo, otra vez, y se metió al baño de su habitación, donde se dió una rápida ducha.

Al salir, seco y planchó su cabello lo más rápido que pudo. Minutos después, se coloco un buzo de hilos lila con unos jeans negros ajustados y unas botas igual de negras, con unas cadenas. Amaba el color lila, combinaba a la perfección con su segundo color favorito; el negro.

Salió de su cuarto a hurtadillas y fue a la cocina. Allí tomo lo primero que vio; unas ricas donas de chocolate, específicamente tres de ellas.

Y así partió su camino hacia el exterior de la mansión, con su hermoso outfit, una mochilita pequeña colgada en su espalda, obviamente negra con detalles plateados, y tres donas en las manos. Lo normal en su vida, vivir a escondidas de sus padres.

Su audición de cantó era a las diez y media de la mañana. Y ya eran las diez. Iba retrasado, otra vez, lo normal en él. Pero por lo menos esta vez, quizá no llegaría tan tarde como la última vez si utilizaba el arma secreta.

Aquella vez, su audición comenzaba a las nueve y media de la mañana. Y como sus padres lo pillaron saliendo de la casa tan temprano, algo peculiar en él, aunque de por si era tarde para su audición ya, le hicieron un interrogatorio completo. Logrando que el chico llegara a las diez de la mañana, perdiéndose de todo. Pero no se rindió, y volvería a intentarlo una vez más.

Todas las veces que hicieran falta para que por fin pasará una audición y cumpliera su sueño de ser actor y cantante.

Logró salir al patio de su hermosa casa y fue directo al garage. Estaba decidido a usar su arma secreta para no llegar tarde; el auto de su padre. Después le mentiría sobre el porque agarro el auto sin permiso. Pero esta vez haría que valiera la pena el riesgo.

¡Amor Real! - 𝓢. "𝓐𝓶𝓸𝓻𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓥𝓲𝓭𝓪" ||• 𝘷𝘦𝘳. 𝘮𝘪𝘯𝘴𝘶𝘯𝘨❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora