Capítulo 1: Mi nueva vida

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Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. No recibo beneficios con esta historia.

Capítulo 1: Mi nueva vida

El despertador sonó a la misma hora de siempre, 07:00 am para la ensombrecida Kagome, quien no había podido descansar del todo a causa de las pesadillas. Aquello era algo usual, al menos una vez cada dos semanas frecuentaba a tener pequeños trastornos en su sueño. Aún no lograba amoldarse del todo a su nueva vida.
Apagó la insistente alarma de una vez. Se restregó los ojos y trató de acomodarse el cabello alborotado. Abrió las cortinas y dejó entrar la luz que el Sol le otorgaba a aquel nuevo día. Por la ventana pudo observar el mismo paisaje de siempre. La ciudad despierta, como un órgano vivo en pleno movimiento. Con sus habitantes llenos de compromisos y perturbaciones, apresurados por llegar a sus respectivos trabajos, hogares o academias. Y allí se encontraba ella, sumergida en aquella realidad que desde el primer momento le fue otorgada.

–Este es el mundo real.- Se dijo a sí misma. –Aquí no hay demonios ni exterminadores, ni poderes mágicos. Ni Inuyasha.-

Respiró hondo para no caer en aquel frívolo sentimiento de tristeza otra vez. Recordar simplemente reabriría las heridas. Aquel era su primer año en la universidad, una nueva oportunidad, un nuevo comienzo. Tenía que dejar atrás el pasado para permitirse avanzar de una buena vez.
Volvió su vista al reloj depositado en la cabecera de la cama, las 07:20. Corrió hasta el baño para darse una ducha rápida. En el camino tropezó con varios libros apilados en distintas partes del suelo. Hacía unos meses que se había mudado y a causa de las entregas finales el departamento ya había cobrado tintes algo caóticos. Libros por todas partes, apuntes diversos, cuadernillos y mudas de ropa eran algunas de las cosas que podían verse. Aun así Kagome mantenía la calma, sabía que aquellos períodos de desorganización solo duraban unas dos semanas. Luego todo volvía a la normalidad.
Se vio obligada a mudarse al comenzar sus estudios universitarios por un tema de comodidad y cercanía. El departamento era de una amiga de la familia así que el pago se les vio facilitado. De otra manera se habría visto imposibilitada de financiar sus estudios y un lugar en donde vivir.

Mientras se duchaba recordó la viva imagen de sus amigos y compañeros de equipo. Su despedida y las últimas palabras de Inuyasha hacia ella.

-Estoy seguro de que vivirás una vida feliz allí. Ese es tu lugar después de todo, allí están tus seres queridos.- Le había dicho él.

En aquel instante no había corrido ni una lágrima por su rostro, y al llegar de nuevo a su hogar estalló en llanto. "¿Este es mi lugar después de todo?" "Aquí están mis seres queridos, ¿y qué hay de ti?". Había querido decirle miles de cosas, pero en ese momento nada salió de su boca. La tristeza había embadurnado su corazón por completo. Pero siempre lo supo, desde un principio. Ella simplemente era Kagome, la reencarnación de Kikyo. Jamás la había visto de otra forma.

El agua deslizándose por su rostro logró despabilarla del todo, salió rápidamente del baño, tomó un desayuno ligero, se cambió y corrió rumbo a clases.

El metro atestado de gente la asfixiaba, la rutina la asfixiaba lentamente. Pasaba las noches preguntándose si aquella era en verdad la vida que llevaría de ahora en adelante. A veces incluso creía encontrarse en un mal sueño, como las pesadillas que frecuentaba a tener.
Su teléfono sonó repetidas veces y la sacó de sus cavilaciones, pero se vio imposibilitada a contestar a causa del amontonamiento. Aun así adivinó de quien se trataba.
Al bajar volvieron a telefonearla, esta vez contestó.

-¿En dónde estás? La clase comenzó hace quince minutos.- Se adelantó su interlocutora.

- Buenos días para ti también Nozomi. Estoy a unos metros, prometo llegar rápido.- Le respondió ella con algo de gracia.

Los finales son nuevos comienzosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora