Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. No recibo beneficios con esta historia.
Capítulo 3: Mantén la distancia
-Qué estás haciendo? A dónde vas?!-
-Querías saber cómo llegué hasta aquí, cierto? No voy a contártelo a oídos de cualquiera.- Le respondió sin más para continuar su trayecto.
Luego de una caminata silenciosa y algo extensa llegaron a una zona algo más alejada de la urbe. Se pararon delante de un formidable edificio. Lucía algo antiguo, probablemente era una de las pocas construcciones de ese estilo que se habían mantenido. Se adentraron en él y subieron dos tandas de escaleras hasta detenerse delante de una puerta con la denominación "2-E". Bankotsu sacó de su bolsillo un manojo de llaves y la abrió. Kagome lo observó dudosa.
-Esta... es tu casa?- Le preguntó al ver que el muchacho entraba con total naturalidad.
-A menos que creas que tengo una guarida secreta. No tengo tanto dinero.- Le respondió con sarcasmo. –Vas a quedarte ahí?-
Kagome negó con la cabeza y se adentró en la vivienda, tomó asiento en un sillón y examinó todo con lujo de detalles. Efectivamente era una edificación algo antigua, el apartamento era mediano, bastante sencillo y con un ventanal que iluminaba bien la sala. A pesar de tratarse de alguien como él no estaba tan desordenado. Los sobrios muebles eran el único adorno en la superficie.
-Qué tanto estás viendo?- El rostro de Kagome enrojeció. En ningún momento se percató de que Bankotsu la estaba observando desde que entró.
-Nada, es solo que me llama la atención.- Aún no podía comprender como había logrado adaptarse a aquel tipo de vida.
-Bien, basta de rodeos. Querías saber cómo llegué hasta aquí cierto?- La joven asintió con la cabeza. –En un momento estaba junto a aquella anciana hasta que un resplandor rosado me cegó por completo. Luego desperté aquí.-
-Nosotros creímos que no lo habías logrado, pudimos recuperar el fragmento pero jamás supimos nada de ti.- Le dijo con un tinte de preocupación en sus palabras. Aquella entonación lo molestó.
Como absorbido por los recuerdos, aparecieron en la mente del mercenario fragmentos de aquella vez en que estuvo a punto de morir. La forma en que ella cuidó de él, la expresión de alegría que articulaba al verlo despertar, el tacto de su piel tocando su frente. ¿De qué forma había llegado a percibir todo aquello?
-¿Te encuentras bien?- Ahora la mano de ella chocaba contra la suya para despertarlo del trance. El no pudo evitar estremecerse ante el contacto.
-Hay algo más... como sabes que te encuentras en otra época?-
-No llegué ayer, ya hace tiempo de eso. Entonces una persona que me encontró me dijo el año en que estábamos.- Le respondió Bankotsu con frialdad.
-Por cierto, de qué trabajas exactamente? Lo digo por lo de Yusei, ya sabes..-
-Es suficiente.- Intervino entonces el moreno. –Ya te he respondido lo que querías saber, es hora de que te largues.-
-Pero, de qué estás hablando? Si apenas llegué..-
-Esto no es una visita guiada a mi casa, comprendes? Ahora vete.- Le aseveró con poca paciencia.
-No! Aguarda!-
Bankotsu quiso ponerse de pie para arrastrarla hacia el exterior pero ella se interpuso empujándolo hacia el sillón. Al incorporarse, el moreno la tomó por los hombros y la acorraló a un lado de la puerta. Era tanta la cercanía que podía sentir su respiración. Lucía nervioso y fuera de sus casillas, Kagome creyó lo peor. Pero entonces él soltó el agarre de uno de sus brazos, abrió la puerta con sutileza y la empujó hacia afuera.
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Los finales son nuevos comienzos
FanficHan pasado ya dos años desde que la perla Shikón fue reunida en su totalidad. Kagome no deja de pensar en su dolorosa despedida y en su regreso a casa. Allí trata de rearmar su vida. Sin embargo, todo se desmorona al reencontrarse con una cara famil...