Disclaimer: Inuyasha y sus personajes no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. No recibo beneficios con esta historia.
Capítulo 14: Alivio.
Las casas de los alrededores aún descansaban en silencio. Ella tardó todavía tres horas más en despertarse, y entonces necesitó otros cinco minutos extra para ordenar sus ideas. Los rayos de sol que se filtraban por la ventana bañaban por completo su cuerpo. Se encontraba sola en la habitación.
Se recostó sobre la cabecera de la cama, y tras darle una ojeada rápida al recinto volvió su vista al paisaje exterior. Las gruesas nubes flotaban en las alturas cambiando de forma y discurriendo con lentitud a través del horizonte.¿Qué hora sería? La mesilla contigua a la cama sólo contaba con una sencilla lámpara y un adorno decorativo para llenar el espacio. Se reincorporó en el suelo aun cubriéndose con las sábanas y se dispuso a recoger su ropa. Las prendas se encontraban dispersas de forma irregular por todo el dormitorio. A medida que las recolectaba, los retazos de la noche anterior se iban reproduciendo nuevamente en su cabeza. El sudor envolviendo ambos cuerpos, los sonidos de placer emergiendo de sus cuerdas vocales, el tacto de sus dedos acariciando su torso desnudo... Ambos se habían entregado por completo en aquel momento. Ella se había entregado por completo. Su corazón se aceleró al reconocerlo.
Mientras que su mente reflexionaba, su cuerpo trabajaba de manera automática. Se ajustó la ropa interior, se afirmó los pantalones cortos y se abrochó, uno a uno, los botones de la camisa. El acto más difícil estaba por darse a continuación, cuando sus pies atravesasen el umbral de la puerta y su lucidez termine de estallar en mil pedazos. ¿En qué estaría pensando él? Tras ponerse los zapatos y acomodarse el cabello, recogió su pequeño bolso y salió.
La sala estaba en completo silencio, en la cocina el fregadero estaba intacto, no había ni rastros de que alguien hubiese pasado por allí. Ni restos de comida, ni trastos sucios, ni siquiera vajilla escurriéndose. Como si se acordara de repente, la muchacha abrió su bolso y sacó el móvil. Las nueve y treinta y cinco minutos, aún era de mañana.
-Vaya, al fin te despiertas.- El moreno le rodeó la cintura con ambas manos y apoyó el mentón en su hombro. Su voz la hizo sobresaltarse.
Llevaba una toalla envuelta alrededor de la cintura y el torso desnudo, luego de su ejercitación diaria había optado por una ducha rápida. Alguna que otra gota de agua discurría por su cuerpo. Sus ojos azules la vieron con ansia.
-¿Qué quieres desayunar?- Inquirió. Kagome se revolvió entre sus brazos con nerviosismo y se apartó.
-Yo... estoy bien, recordé que tengo cosas que hacer y.. debo irme.- Se excusó encaminándose hacia la puerta.
-Está bien, te llevo. -
-No es necesario! Me hará bien caminar, en serio.- Lo interrumpió agitando la cabeza en señal de negación. El ojiazul frunció el ceño y la observó desaparecer detrás de la entrada.
La muchacha descendió por las escaleras con agilidad, su rostro se había teñido de rojo. ¿Qué había sido aquello? ¿Por qué se estaba comportando como una chiquilla? Sus impulsos nerviosos la habían obligado a abandonar aquel lugar o de otra forma, probablemente su corazón explotaría. ¿Por qué le costaba tanto actuar como adulta por una única vez?
[...]
El interior de la universidad se encontraba en calma, los estudiantes se transitaban avivados tras el receso, algunos para almorzar y otros simplemente para no volver. El edificio mantenía esa enérgica rutina día a día.
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Los finales son nuevos comienzos
FanfictionHan pasado ya dos años desde que la perla Shikón fue reunida en su totalidad. Kagome no deja de pensar en su dolorosa despedida y en su regreso a casa. Allí trata de rearmar su vida. Sin embargo, todo se desmorona al reencontrarse con una cara famil...