El pasado no siempre trae las mejores cosas consigo, y Kaylee Felling es testigo de eso.
Una noche como cualquier otra llegó el pasado tocando a la puerta, trayendo consigo a una santa bestia sediento de sangre.
Él, que parece un ángel antes los ojo...
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Kaylee Felling
Ryan ha sido muy bueno al dejar que me quede esta noche en su casa, después de todo lo que me ha sucedido y lo ebria que estoy se lo agradezco, así no tendré que darle muchas explicaciones a mamá mañana.
Termino de darme una ducha con agua caliente en el baño de Ryan y tomo la toalla para secarme. No creo que me deba poner la misma ropa, además que no es cómoda para dormir.
—¡Ryan!, ¡Ryan!—grto fuertemente para que me logre escuchar.
—¡¿Que sucede?!— Ryan abre la puerta de un solo golpe sin tan siquiera tocar viéndome totalmente desnuda.
—¡Joder Ryan toca la puerta primero!— digo mientras cubro mi cuerpo con la cortina de la bañera: o eso intento.
—Yo... eh... lo siento... no —carraspea para aclarar su voz que salía nerviosa —Lo siento, pensaba que había pasado algo.
—Necesito ropa— intento agarrar la toalla para cubrirme mejor pero unos de mis pechos sale a la vista.
—Yo... em...—cierra los ojos y suspira—voy por ropa.— sale de la habitación muy rápido.
Salgo de la bañera y observo mi reflejo en el espejo. He adelgazado mucho este año, estar en la clínica de rehabilitación, sentirme sola aunque no lo estaba me hizo bajar mucho de peso, y eso sin contar las veces que desayuno y luego lo vómito, no lo hago mucho, pero a veces si, pero igual no me veo tan mal.
Salgo del baño con la toalla al rededor de mi cuerpo, camino hasta el armario de Ryan y tomo un peine para cepillar mi cabello, me siento en el borde de la cama mientras lo aliso. Al levantarme para ir a colocar el peine en su lugar la toalla se me afloja y vuelvo a acomodarla.
Camino por todo el cuarto mirando detenidamente cada rincón de este. Una pared con medallas. Al parecer Ryan había participado en muchos concursos de Matemáticas y en deportes también y por lo que veo su deporte favorito es el fútbol. Camino unos metros y veo un comodín con varias fotos, con hermana, con su...madre.
¡La doctora Jiménez es la madre de Ryan!, ¿Cómo no lo vi antes?, recuerdo que una vez me dijo que tenía dos hijos cuyos nombres eran Olivia y Ryan. Dios Kaylee que bruta, espero que mantenga la ética y la privacidad de sus pacientes. Si Ryan lo descubre yo no...
—Pescesita— habla Ryan cortando el hilo de mis pensamientos. Dejo cuadro en su lugar y me giro para verlo a él.
—Si... Yo— señalo los cuadros a mi espalda —solo estaba viendo las fotos.
