El pasado no siempre trae las mejores cosas consigo, y Kaylee Felling es testigo de eso.
Una noche como cualquier otra llegó el pasado tocando a la puerta, trayendo consigo a una santa bestia sediento de sangre.
Él, que parece un ángel antes los ojo...
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Kaylee Felling
Silencio, eso era lo que había, silencio. ¿qué voy a hacer ahora?, si la Dra. Jiménez cuenta lo que me sucedió... No quiero ni imaginarme como me mirarían.
—¿Se conocen?—pregunta Ryan confundido.
La Dra. se me queda viendo varios segundos, buscando algo en mi mirada que le dice que no diga nada.
—No...
—Si...
Hablamos las dos al mismo tiempo pero con respuestas diferentes. Ryan, Olivia e incluso Laura, se nos quedaron viendo extrañados.
—Digo...—hablo al cabo de un minuto—una vez a tú madre se le cayeron unos papeles en la calle y yo la ayudé, y por eso se sabe mi nombre, pero no nos conocemos así del todo.
Busco la confirmación de la Dra. y ella entiende lo que quiero ocultar. Así que asiente levemente.
—Eso fué lo que pasó —Ryan nos mira con una ceja levantada, la doctora al notar su mirada cambia de tema— Bueno les traje unos regalitos a mis niños hermosos.
—¡Si!—Eso sirvió como distracción para Olivia, pero no para Ryan que me miraba tratando de descubrir algo.
Ignorando su mirada subo a su habitación para buscar mi celular que estaba en la mesita de noche, al salir Ryan aparece frente a la puerta. Trato de ignorarlo pasando por su lado pero este me detiene.
—No me creo ese cuento.
—¿Qué cuento?— pregunto haciéndome la tonta.
—Ese que conociste a mi madre en la calle —me mira fijamente a los ojos y yo no aparto la mirada.
—Pues no es cuento, y siento mucho que no te lo creas— le digo con la voz arisca y este me mira serio y molesto.
—Estás molesta— ruedo los ojos y suspiro.
—Eso a tí no te importa, ahora si me permites tengo que irme—hago un ademán de pasar por su lado pero me agarra de la cintura y me devuelve al lugar donde estaba.
—Yo te llevo.
—No quiero, además tú novia está ahí —trato de no sonar borde, pero no funciona. Ryan esboza una linda sonrisa que me hace sonrojarme.
—¿Celosa?— ahora la que se sonríe soy yo, pero lo hago abiertamente dejando ver mis dientes.
—Es... ¿es en serio?—Lo miro esperando a que me dijese que estaba bromeando, pero al parecer no —¿Yo celosa?, Ryan a mi no me importa tú vida, ¿Ok?—volteo los ojos y salgo de esa casa lo más rápido que puedo.
