El pasado no siempre trae las mejores cosas consigo, y Kaylee Felling es testigo de eso.
Una noche como cualquier otra llegó el pasado tocando a la puerta, trayendo consigo a una santa bestia sediento de sangre.
Él, que parece un ángel antes los ojo...
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Kaylee Felling
Era inicio de semana y ya había pasado unas dos semana desde el día de la fiesta y la verdad me he sentido bien conmigo misma. Camille prometió no decir nada y por suerte no ha insistido en saber más.
Solamente hay una cosa que me hace sentir mal, y es que ahora me trata con más cuidado, es diferente, como si no quisiera lastimarme.
Avanzo a hacia la escuela mientras escucho música y veo las casas coloridas. Vivo en un barrio muy hermoso, por cada casa que pases siempre habrá un jardín colorido, lleno de flores rosadas y blancas junto a un árbol frondoso, el aire fresco de la mañana y los pajaritos cantando adornan ligeramente el paisaje haciendo de este lugar uno más tranquilo.
Mi mente viaja a hace tres años atrás mientras la canción de Billie Eilish: Whats Was I Made For? suena en los auriculares.
Era tan distinta, tan feliz, tan ingenua. Yo solo quería ser como las demás y sin querer eso me llevó a la desgracia que me atormenta cada noche.
Con cada vestido corto y coqueto alimentaba con la vista a la bestia, hasta que ya no aguantó la necesidad y me comió lentamente. Me destruyó.
¿Lo peor?, el hombre que se hacía llamar mi padre lo sabía: a lo mejor no directamente pero lo sabía, y nunca hizo nada.
Los ojos se me inundan de lágrimasy mi vista se empieza a tornar borrosa, así que decido no pensar más en aquello, ya lo pasado es pasado, y aunque no he podido sanar por completo se que lo haré algún día.
Esbozo una pequeña sonrisa y comienzo a tararear la canción para mis adentros.
