🥀- MI PRÍNCIPE AZUL.

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❁⋆Capítulo XX⋆❁
❁⋆Mi príncipe azul⋆❁

❁⋆Capítulo XX⋆❁❁⋆Mi príncipe azul⋆❁

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Kaylee Felling

—Kaylee— se levanta del sillón nada verme. Está sonriendo.

Tiene el descaro de sonreír.

—¿Qué hace él aquí?— le pregunto directamente a mi madre parándome frente suyo.

Sus ojos cafés me observan con miedo, furia y tristeza. Pero ninguno de esos sentimientos eran dirigidos hacia mi.

—Kaylee— el hombre al que le otorgaron el poder de ser mi padre intenta poner unas de sus manos en mi hombro, pero yo me aparto bruscamente.

Sus ojos azules iguales a los míos me miran con un sentimiento que nunca antes había visto en él. Amor y alivio.

Pero de lo que si estoy segura es que no va dirigido hacia mi. Me niego a creer que este hombre sienta algo que no sea indiferencia hacia mi. Hacia su hija.

Su piel sigue igual de cuidada y parece que los años no han pasado para él. A excepción de su cabello que está canoso, sus ojos tienen unas ojeras que parecen ser recientes, casi como si no hubiese descansado los últimos tres días.

Alto, intimidante con ese traje de oficinista, cabello rubio canoso, escaza barba y ojos azules que parecen ver hasta los más pequeños pecados.

Jhon Milton, un hombre casado, con una familia de cuatro. La familia perfecta como lo pintan las redes. Su mujer perfecta Maery Milton, la pequeña Aema Milton, hija de su perfecto amor, y por último el hijo su mujer: Aiden Milton, quíen cambió su apellido para satisfacer a su madre y nuevo papi.

¿Dónde queda su primera hija?

En ningún lugar porque nunca antes existió en su vida, a pesar de haberla tenido en su casa durante un año infernal. Jhon trataba, de verdad intentaba incluirme a su familia perfecta.

Y yo lo intenté, hasta que su hijito varón arruinó cada parte de mi, tocando mi cuerpo sin mi consentimiento.

—No me toques. No tienes derecho a tocarme Jhon Milton — advierto con el dedo índice en alto.

Me cuesta respirar, y a pesar de intentar evitar que mis manos no tiemblen me es imposible. De mis ojos se escurren unas lágrimas que queman en mi interior con cada recuerdo, con cada rechazo, con cada palabra.

—Entiendo que estés molesta conmigo Kaylee, pero yo solo quiero adver...— su oración se ve interrumpida por mi voz.

—¿Molesta?— pregunto con incredulidad.

WOUNDS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora