Capítulo 3: El banco

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13/09/2019
Izuku

Tenía la mirada clavada en el collar dorado con una pequeña piedra verde en el centro con una forma circular que se encontraba del otro lado del cristal. No sé exactamente cómo, pero las mujeres tienen como un detector para saber el regalo perfecto y estoy seguro que este le encantara a la tía Mitsuki.

Si fuese por mi le regalaría mi super he increíble reloj con la cara de All might, que en realidad es lo que voy a regalarle. Estoy seguro que le gustará, igual que el regalo de mamá, a ella siempre se alegra mucho mis regalos.

Lo que no sé cómo le voy a ser con Kacchan, seguro que nos pondrán a jugar juntos en el jardín y normalmente esos juegos nunca salen muy bien.. Bueno, solo para mi, el siempre parece estarse divirtirse.

Volteé buscando a mi mamá solo para darme cuenta que se estaba ¿Yendo de la joyería?

Caminé un poco rápido para alcanzarla y preguntarle — ¿A dónde vas? ¿No le vamos a comprar el regalo a la tía Mitsuki?

Ella se detuvo y miró — Claro que se lo vamos a comprar, pero primero necesito hacer retirar en banco. Será rápido no te preocupes.

Y vaya que me mintió. Cuando llegamos al banco había una fila extremadamente larga que salía hasta del banco.

— Eres una mentirosa - le dije cruzado de brazos y haciendo un puchero.

Al mirarme ella solto una carcajada — Hijo solo tuvimos mala suerte. Además, ¿Yo como iba a saber que habría tanta gente justo hoy?

— Pues no sé. ¿Sabiendo? - le dije aún sin quitar mi puchero.

La ví sonreír y después me revolvió el cabello — Como si fuese tan fácil. Ven que tenemos que hacer la fila - bufé fastidiado.

Odió la filas, no entiendo porque se tienen que tardar tanto.

— No me gusta esperar - confesé.

— Perdón Izuku, pero sabes que no somos los únicos que estamos aquí y que debemos ser pacientes y esperar nuestro turno - puse una expresión de fastidiado - ay mi cielo, no pongas esa cara. Mira, te propongo algo - se agachó para estar de mi altura - apenas compremos el regalo de a tu tía Mitsuki, nos vamos al cine y vemos una película ¿te parece?

Espera, ¿Dijo cine..?

— ¡¡Si!! - chillé asintiendo repetidas veces con la cabeza.

Creo que no hay ni una sola persona en la tierra que no le guste el cine. Osea, ¿Como a alguien le pude no gustar el cine?

Nos colocamos en de últimos en la fila y nos quedamos a esperar. Vía como gente pasaba y era atendida. La fila se acortaba, pero no llegamos ni a la mitad. ¡Me aburro!

Desvíe mi vista hacia suelo, por alguna razón me era extrañamente entrenido ver como la luz de la lámpara del techo se reflejaba en la cerámica blanca.

De repente empecé a notar una especie de humo en lugar. Volteé hacía los lados buscando el causante de esto, pero no ví nada raro. De repente sentí el cuerpo cansado como si hubiera corrido un maratón y los ojos pesados, traté de mantenerlos abiertos mientras veía como los adultos empezaban a notar el humo y poco a poco caían rendidas al suelo como si nada.

Lo último que recuerdo fue escuchar la voz de mi madre preguntando si estaba bien y después eso, todo volvió oscuro..

Ochako

Mi cuerpo se movía a la par que los cruces que daba el carro. Observé como todos teníamos puesta la misma ropa negra que consistia en suéter negro, junto con unos guantes aunque en mi caso eran guates sin dedos para poder utilizar mi don y un pasamontañas del mismo color que cubría casi todo nuestro rostro excepto los ojos y la boca.

Una rosa marchitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora