Vladimir Makarov

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Narra TN

Llevo ocho años trabajando para Makarov, se podría decir que soy como su mano derecha, por así decirlo, aunque siempre se enoja conmigo por un pequeño defecto que tengo. Siempre llegó tarde a todas las misiones, juntas, etc. Pero no lo hago a propósito, siempre hay un imprevisto.

En mi ultima misión él me envió a robar información importante al Capitan Price y a los Task Force. La misión se suponía que debía ser corta, en poco tiempo pero a mí me tomó un par de días en completarla al tiempo que Makarov me había dado. 

Él se dio cuenta cuando llegue ya que mi habitación se encuentra justamente a lado de su oficina, y mi mala suerte, ambos compartimos habitación. 

Camine hasta la oficina de él, toqué la puerta un par de veces esperando respuesta por su parte.

— Entra - su voz se escuchó desde el otro lado de la puerta -

Al entrar lo vi sentado en la silla de su escritorio, lo único que se escuchaba eran sus dedos tamborileando el teclado de su computadora. Al escucharme entrar él me miró con una mirada que podía congelar cualquier cosa. No necesitaba que me dijera dos veces lo tarde que había llegado, con su simple mirada me lo decía. 

— ¿Bien? - espetó con impaciencia después de varios segundos sin que ninguno de los dos intercambiara palabra alguna -

— Aquí está tu información - deje una carpeta sobre su escritorio - fue fácil engañar a los británicos - solté una risa burlona - lamento haber llegado tarde de nuevo.

Él tomó la carpeta, la abrió rapidamente, sus ojos escaneaban cuidadosamente cada pagina antes de volver a mirarme, hubo un tic casi impredecible en el rabillo de su ojo que insinuaba la aprobación por mi trabajo bien hecho, conozco bien esa reacción, siempre la hace cuando le cumplo con las misiones. 

— ¿Confió en que esto sea exacto? - preguntó en voz baja con los dientes apretados - 

Claramente esta muy frustrado por mi tardanza una vez más, mis disculpas solamente hacen que él se frustre cada vez más. Se inclino en su silla entrelazando sus dedos por detrás de su cabeza y me miró.

— Es justamente lo que me pediste - alcé una ceja y me cruce de brazos - y si tanto te molesta que haya llegado tarde, entonces haz tú el trabajo.

Sus ojos se entre cerraron y se enderezó en su silla.

— No recuerdo haberte pedido tu opinión sobre el asunto.

Se puso de pie y se acercó a mí, debó admitir que siempre me ha causado un poco de intimidación verlo sentado junto a mí y teniéndolo de pie parado frente a mí me intimida aún más. 

— ¿Supongo que llegar tarde es parte de tu trabajo? - alzó una ceja - 

— Se podría decir que sí - dije sarcásticamente - por algo estoy trabajando contigo ¿No? Me necesitas, no tienes el lujo de quejarte.

— ¿Te necesito? - dibujo una sonrisa en sus labios y ladeo un poco su cabeza - no eres exactamente indispensable.

— Entonces la próxima vez que necesites que alguien haga tu trabajo no me tomes en cuenta - dije molesta y colocando mis manos a mis costados - hazlo tu mismo si en realidad puedes hacerlo, idiota. 

— ¿Te atreves a insultarme? - se acercó más a mí - 

— ¿Qué vas a hacerme? - le pregunté con cierta sonrisa burlona tratando de provocarlo más - 

Sus ojos brillaron, sus pupilas se habían dilatado y vi como sus manos se cerraban en puño, sentía que en cualquier momento se acercaría más a mí para agredirme, pero no fue así, al contrario, simplemente respiro profundamente.

One Shots CoD/MWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora