König ¿My pet?

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Nota de Autora

No todas las mujeres rompen su himen en su primera vez, el himen puede romperse con cualquier cosa o no romperse.

Narra TN

König y yo somos mejores amigos desde que entre al Servicio Militar. Él es un par de años mayor que yo, tres años para ser exactos, él tiene veinticinco y yo veintidós.

Nos tenemos demasiada confianza y hemos compartido muchas cosas y secretos, entre ellos hay uno en especial que cuando me lo contó ni siquiera podía creerlo, me era un poco difícil hacerlo.

Como un chico como él, guapo, demasiado guapo, alto y con buen físico podría seguir siendo virgen.
Aunque por otra parte era un poco creíble, es demasiado tímido y no convive con muchas personas, de hecho yo soy la única mujer a la que le habla de todas sus compañeras.

Comparto habitación con él, solamente nosotros dos ¿La razón? Ni yo la sé pero las demás habitaciones están muy llenas. Por lo cual también compartimos baño y muchas cosas más. 
Da la casualidad de que siempre que cuando el regresa de hacer ejercicio yo estoy saliendo de la ducha, siempre he dejado la puerta un poco entre abierta. De un tiempo para acá comenzamos con un juego inocente, ninguno de los dos sabíamos que estábamos jugando pero estábamos dentro ¿Confuso, no?.

Este consistía en que yo siempre que salía de ducharme me paraba frente al espejo para cambiarme de ropa, era un espejo de cuerpo entero. Y siempre König estaba veía por la pequeña abertura de la puerta y así sucesivamente, él me veía a mí y yo a él. Así lo habíamos estado haciendo por un par de semanas, tan solo nos mirábamos el uno al otro, desnudos. 

Cuando los dos teníamos tiempo libre nos ibamos a un pequeño lago que estaba un poco alejado de la base, él podía pasar horas sentado a la orilla de este viéndome en mi bañador. Un día de esos, estando juntos, me hizo demasiadas preguntas.

— ¿Otros chicos te han besado? - preguntó casi en susurró -

Para este tipo de temas él es demasiado tímido.

— Sí - respondí - 

— ¿Y te han tocado?

— Sí - asentí -

— ¿Te ha gustado?

— Hmm lo han hecho torpemente.

— Y si lo han hecho... ¿Por qué sigues siendo virgen?

Solté una risa y giré a verlo.

— Porque sí - reí - ya te dije que quiero esperar... 

Él no respondió nada sin embargo se puso rojo rojo como un tomate y desvió su mirada.

Paso una semana desde esa conversación, es viernes y como siempre el lugar se vacía por completo porque todos se van con sus familias, novias, amigos, etc, a emborracharse, nosotros nos quedamos aquí.

Estaba acostada en la cama leyendo un libro cuando escuché la puerta del baño abrirse, König se estaba duchando, de reojo vi que se ponía a lado de mi cama, desvié la mirada del libro y mis ojos casi salen de su lugar al ver que se había retirado la toalla de la cadera.

One Shots CoD/MWDonde viven las historias. Descúbrelo ahora