One Shots CoD/MW

Mommy issues? (König x TN)

Narra TN

Llegué a la nueva base, a mis treinta y dos años he recorrido cientos de bases, entrené junto a los mejores soldados y he entrenado a cientos de ellos para hacerlos mejores. Es por eso que muchas bases me solicitan.

Me puse al tanto de todos los detalles, reclutas, soldados con antigüedad, soldados que llegan de otras bases.
He visto de todo ya, nada me sorprende.

Llevaba casi dos meses aquí entrenando a los reclutas y a los nuevos.
Salimos a una misión y llevamos solamente a alguno de ellos, solo los mejores, aunque no salió del todo bien, cumplimos con el objetivo, sí pero hubo algunos heridos, entre ellos a uno de los míos.

Estaba con él en el área médica, estaba esperando a que despertara de la anestesia.

— Scheisse... - maldijo -

— Al fin despiertas - lo miré -

— Lo siento mucho - me miró - sé que no debía fallar pero...

— Deja de disculparte - respondí - estabas solo e hiciste lo que pudiste... Es entendible.

— Lo siento mucho... ¿Estaré de nuevo en entrenamiento?

— Sí - asentí - iba a tomarme unas pequeñas vacaciones pero ahora... Tengo que entrenarte de nuevo.

— Siento mucho eso.

— Deja de disculparte - reí - mañana vendré temprano para ver cómo estás.

Él solamente asintió, salí de la habitación dejándolo solo y fui directamente a la mía. Escribí los reportes y envié un par de mensajes.

Hace poco menos de tres meses que termine mi relación con Rusell y me siento demasiado libre, nuestra relación al principio iba muy bien pero poco a poco se fue haciendo un poco más... ¿Tóxica?

Pasaron los meses, todo iba excelente, estuve muy al pendiente de la recuperación de König, fue un poco larga pero ahora él está en perfectas condiciones.

Estaba moviendo unas cajas muy grandes, no podía con la última, tenía que ponerla en un estante muy alto.

— ¿Le ayudo, teniente? - la voz de König me hizo sobre saltar -

— Por favor - respondí - ya no puedo.

— ¿Dónde la pondrá? - él pregunto mientras la tomaba como si no pesará nada -

— Ahí - señalé -

La puso donde le indique y después agachó su mirada a mí.

— ¿Por qué eres tan alto? - lo miré - yo por suerte mido uno setenta.

Él solamente soltó una risa nerviosa y desvío la mirada.

— ¿Qué edad tienes? - pregunté -

— Veinte - respondió - en un par de días cumplo los veintiuno.

— Ya veo - respondí - bien, ve a hacer tus tareas.

— Ya termine con mis tareas - respondió - y venía con usted para saber en qué podía ayudarla.

— Hmmm - suspiré - no tengo idea... Ya terminé con todo.

Su mirada estaba en otra parte, casi nunca mantenía el contacto visual conmigo, siempre desviaba su mirada, se ponía demasiado nervioso e incluso a veces tartamudeaba un poco.

Desde ese día él casi siempre estaba conmigo en mi oficina, leía los libros que yo tenía ahí, le gustaba estar en silencio y algunas veces hablaba mucho.