𝗟𝗔 𝗦𝗘𝗖𝗥𝗘𝗧𝗔𝗥𝗜𝗔

♡𝟵|𝗛𝗼𝗺𝗼 𝘀𝗮𝗽𝗶𝗲𝗻𝘀 & 𝗖𝗮𝗺𝗽𝗮𝗻𝗶𝘁𝗮🔥

◤YOONGI

Yo llegué con la intención de hablar con ella, de confesarle lo que llevaba guardado por tanto tiempo. Quería decirle que no había un solo día o noche en que no apareciera en mis pensamientos, como una constante obsesión que me mantenía despierto. Hace más de seis años que no sentía algo así, desde la última vez que tuve una relación seria, y ni siquiera esa conexión había sido tan intensa como lo que ahora sentía por ella. Inés había conseguido despertar algo en mí que creí muerto.

Nunca imaginé que terminaríamos haciendo el amor. Mi intención era otra, pero ese beso... Ese maldito beso desató algo que habíamos contenido durante semanas. Había tanta tensión entre nosotros, tanta necesidad reprimida, que en cuanto nuestros labios se encontraron, fue imposible detenernos.

Ella era fuego puro, una llama viva que me consumía con cada roce. Su piel, caliente al tacto, parecía arder bajo mis manos, y cada gemido suyo resonaba como la más hermosa sinfonía en mis oídos. No exagero al decir que fue una de las mejores experiencias de mi vida, quizá incluso la mejor. Era como si su cuerpo y el mío hubieran nacido para encontrarse, como si nuestras almas se comprendieran en ese vaivén de caricias y placer.

Ahora que la he probado, que he sentido su calor envolviéndome, sé que no puedo conformarme con menos. La quiero, la deseo... Pero no solo por una noche. Necesito más de Inés. La necesito completa, para mí y solo para mí.

◤INÉS

Perdí mi dignidad. Hice un desastre. Le pedí que hiciéramos el amor. ¡Maldita calentura! Por eso nunca hay que decir "nunca". ¿Y ahora qué sigue? Ya obtuvo lo que quería de mí. ¿Seré la descartable de hoy? Eso me duele más de lo que imaginé: pensar que mañana estará con otra y, pasado mañana, con otra más, repitiendo el ciclo sin fin.

¿De verdad le pedí que se corriera en mí? ¿Y lo hizo?

⸺Disculpa, tengo que ir al baño ⸺dije, liberándome con esfuerzo de su abrazo.

⸺Ok.

Me levanté mientras él, todavía relajado, buscaba su ropa entre el desorden del suelo. Al llegar al baño, confirmé lo que temía: efectivamente, el chico se había corrido dentro de mí. «Necesito una pastilla anticonceptiva. No voy a permitir que ocurra una "sorpresa"». Me di una ducha rápida y, aún húmeda, me puse una pijama mata pasiones. A veces, el sexo tiene sus consecuencias, y yo no quiero ninguna.

Cuando salí, Min seguía ahí, sentado en el sillón, completamente desnudo. Me resultaba extraño. La mayoría de los encuentros casuales se terminan rápido; los hombres toman lo suyo y se largan. Pero él no. Estaba ahí. Y sin ropa.

Se levantó y caminó hacia mí, con el cuerpo relajado pero el deseo resurgiendo en su mirada. ¡Dios mío! Pude ver cómo su miembro volvía a endurecerse.

⸺¿Por qué te cambiaste? Pensé que tendríamos otra ronda.

⸺¿Tan rápido ya estás listo...?

⸺¿No ves lo que me haces? ⸺respondió, tomando mi mano y colocándola sobre su miembro endurecido.

No tenía escapatoria.

⸺Bueno... entonces, hagámoslo.

Sin perder tiempo, me quitó mi pijama de Mickey Mouse. Sí, suena infantil, pero fue una oferta irresistible en Walmart. Esta vez, me llevó a mi habitación, ya que la sala y el comedor eran un desastre gracias a lo que habíamos hecho antes.

  Espero que Rita no vuelva pronto.

Me tumbó en la cama y, sin pausa, abrió mis piernas. Su lengua, cálida y húmeda, recorrió cada rincón de mi piel, provocando un cosquilleo delicioso. Introdujo dos dedos mientras su lengua se enfocaba en mi clítoris, lamía con precisión, firmeza y pasión. Dios, no recordaba lo que era esto. No había sentido algo tan exquisito en mucho tiempo. Me aferré a la almohada, levanté las caderas y subí las piernas a sus hombros.