Después de mis clases tenía sesión de modelaje. Por suerte pude salir rápido de esta ya que el fotógrafo entendió cuando le dije que me sentía cansado y me hizo prometerle que la siguiente sesión sería más pesada y larga. Por hoy está bien.
—Menudo milagro el que salgas temprano— dijo Plagg.
—Hoy quiero pasear por acá— dije tranquilo mientras paseaba por el lugar que filmaron Solitud, la película que protagonizó mi madre.
—Y yo quiero comer. Tengo hambre desde hace rato — se quejó Plagg.
—No seas exagerado. Si durante todo este rato estabas tranquilito.
—Sí, pero era porque estabas tan inmerso en tus pensamientos que ni ganas de hacer un chiste tenía.
—Ya me parecía raro ese milagro. Creí que te habías dormido.
—Mi queso, Adrien. —Se quejó otra vez
Le pasé su queso mientras iba por este camino que guiaba a un puente donde siempre había una señora vendiendo flores.
Pasar por aquí me hacía recordar lo mucho que a mis papás les gustaba el arte. Recordé cuando participaban en esos pequeños grupos de arte que sacaban obras de teatro. Cuando mi papá creaba los trajes y mi mamá actuaba y todos rebozaban de alegría. Aún recuerdo cuando presentaron una obra con ingreso libre y mi mamá regresó enojada porque la gente pasaba cómo si fuera gratis y fácil producir aquello. Tal vez por eso, cuando el papá de Mylene hizo su presentación con ingreso libre llevé un cheque.
Me empecé a reír solo mientras lo recordaba.
— ¿De qué te ríes? — Me pregunto Plagg mientras buscaba algo gracioso en su entorno.
—Recordé algo gracioso que probablemente no te dé risa
—a—me miró un rato y siguió comiendo su queso.
Caminé tranquilo y llame al Gorila para que vaya viniendo y no tenga que esperarle mucho. Después, saludé a la señora del puesto y vislumbré la gran variedad de flores. Apenas vi ese hermoso ramo de lirios blancos con toques fucsia y puntitos adentro, los compré. Eran los más bonitos a mi parecer. Me sentí satisfecho y espere a que me recojan. A escondidas le mostré mi elección a Plagg. Él lo vio y me miro contento.
En el carro, el Gorila llamaba a Natalie para informarle que ya estábamos regresando, pero no respondía al igual que mi padre. Últimamente Natalie trabajaba menos porque su enfermedad la limitaba mucho.
Bajé del carro y fui directo al cuadro. Por suerte ya me sabía la contraseña. La verdad quería estar solo con mi madre. Quería contarle todo y presentarle a Plagg. Estaba ansioso y feliz de ir a verle hasta que un golpe de por ahí me hizo detenerme.
PUM
Me asusté un poco y me quedé quieto.
Vi a mi papá caminando intranquilo pasándose la mano por su cabeza: intentaba respirar lentamente intentando calmarse. Estaba muy cerca, pero él no notaba mi presencia. No sabía cómo retirarme. Tenía miedo de que si hacia un movimiento brusco, él pudiera notarme. Así que opté por moverme lentamente hasta la salida. Todo iba bien hasta que Plagg vio a un kwuami morado lejos de mi papá.
—Voy a hablar con Nooroo—me susurró y se fue volando.
—Plagg, nooo. Regresa. —Le susurré un poco alto, pero él ni se volteó a verme.
La situación no podía ser peor. Ahora tenía miedo de que mi papá los viera.
De pronto se quedó parado, quieto y consternado mientras lentamente la cápsula con mi mamá salía a su vista. Daba pasos lentos acercándose a ella. Pasaba su mano acariciando la parte del vidrio en la que se supone que está su cara. Por suerte Plagg estaba tranquilo y consciente de la presencia de mi padre. Yo estaba al pendiente de ambos.
— ¡Mierda!—gritó mi padre haciéndome asustar—Si no fuera por esos entrometidos, ya estaría sintiendo el calor en tus manos—dijo con cierto resentimiento.
Plagg y Nooroo también se habían asustado. Por lo que Plagg al fin estaba regresando.
Estaba en mi bolsillo. En lo que mi padre rió y se transformó en Shadow Moth.
Justo a tiempo regresó Plagg.
Estaba esperando el momento adecuado para retirarme en lo que mi papá arranco una hoja y empezó a crear un sentimounstruo.
El sentimonstruo era igualita a mi mamá. Incluso tenía esa mirada risueña. Apenas la vi sentí un impulso a abrazarla; luego sentí enojo por ver a un impostor con su cara.
Mi papá se apoyó en su pecho mientras se reía. ¡Por qué carajos había creado a alguien igual a mi mamá!
—Adrien, ¿te vas a mover? —Me susurró Plagg al oído.
Tenía razón, no tengo por qué estar aquí. Le asentí con la mirada.
—Quieta—dijo y por alguna razón yo también me quede quieto. Plagg me miro confundido. ¿Qué me pasa?
—¿Sabes por qué estas echada ahí y no conmigo? —dijo mientras señalaba a mi mamá.—Por esta idiotez que decidimos juntos—dijo señalando el anillo.— Fui un idiota al darte el miraculous del pavo real—agarró las manos quietas del sentimounstruo. — No sabes lo mucho que odio y amo a nuestro hijo. Estoy cansado de guardarme esto. ¡Lo odio, Emilie, Lo odio! Si tan solo no hubiéramos sido tercos al querer un hijo. Si pudiera retroceder en el tiempo, no tendría a un sentimounstruo de hijo, a pesar de que sea lo que siempre quisimos. Es horrible ver este anillo que me ata a ti, a tu muerte, a él, a todo. —
—Quiero que me ames a pesar de todo—respondió el sentimounstruo.
—Cállate—dijo mi papá asqueado mientras quebraba la hoja.
—Plagg —lo llame dolido mientras veía como desaparecía el sentimounstruo, pero él no dijo nada.
Miré a mi papá y estaba otra vez cerca de mi mamá y recitó:
Muerta estás,
mas dormida a mi pensar.
Si puedes despertar,
tu muerte es temporal.
En sueños te he dejado
con el poder que te ha enfermado
entre mis conversaciones al aire
juro que te despertaré
Con la misma fuente que te mato
El mismo origen de la creación
Pagaré cualquier precio por tu salvación
¿Qué hago acá? me dije mientras resbalaba una lagrima de mis ojos
—Justo a tiempo, Emilie. Siento una fuerte incertidumbre muy familiar que puede ser capaz de despertarte—dijo alegre mi padre.— Espera— pronunció preocupado, volteó y me miró.—¿Adrien? — Exclamó sorprendido. Apenas pronunció mi nombre me fui corriendo mientras me tapaba los oídos. El Gorila ya me estaba esperando en el carro para que me vaya a la casa de Marinette. Subí y me fui lo más disimulado y rápido que pude.
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EL INANIMADO QUE SIENTE - MIRACULOUS LADYBUG
Fiksi PenggemarHay verdades que duelen. Hay respuestas que nunca deseamos escuchar. En nuestro ser existe mucha fragilidad. No queremos que nadie nos note muy rotos, pero tampoco queremos mentirles. Adrien al descubrir la identidad de su padre y ,sobre todo, tras...