CHARLAS

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El gorila a penas me vio, se acercó a mí con una tableta en forma que la pantalla miraba el entorno. Probablemente mi papá estaba detrás de la llamada.

Cuando agarre la tablet, mi papá le ordenó para que nos dejara hablar a solas por lo que el gorila se metió al carro.

—Hijo, te llame porque quiero hablar contigo. No quiero que malinterpretes todo lo que paso ahí abajo. Lo que escuchaste fueron emociones, mas no es lo que ciento. Yo realmente te quiero. —hizo una pausa como queriendo encontrar las palabras. — Respecto a lo demás podemos hablarlo hoy en la noche. — se quedó callado como esperando una respuesta. Luego siguió—Nos vemos en la cena, Adrien, pásala bien con tus amigos. Ya no te interrumpo más.

—Sí, papá—

Finalmente cortó la llamada

Fingí caminar lentamente hasta la casa de Marinette mientras esperaba que el gorila se fuera. Una vez se fue no sabía qué hacer.

—¿Por qué no entras? No has pasado ni diez minutos adentro con tus amigos— Me preguntó Plagg desde mi bolsillo.

—Es que no tengo ganas de estar ahí con ellos intentando fingir una sonrisa—

—¿quieres hablar? —

—No te preocupes, Plagg. Solo me siento raro. No siento nada. A decir verdad hoy me siento apagado, no me siento como si fuera yo. —me reí resignado y un poco incómodo

— Date tu tiempo, Adrien. Mientras tanto, al llegar a casa, ambos podemos degustar de los sándwiches de mollet fundido que prepararé y vas a ver cómo te sientes mejor.

Intente dibujar una sonrisa, pero a pesar de ello sentí que no lo logre. Por lo cual se tornó un poco incómodo.

— ¿Y a dónde vamos? —pregunto él intentando aligerar el ambiente

—No sé. Ni siquiera sé qué hacer. — respondí sinceramente

Nos volvimos a quedar callados mientras Plagg se escondía de la gente que pasaba por mi costado. Tenía cara de querer decirme algo. Finalmente, después de un buen rato, mientras caminaba sin rumbo al fin me habló.

— ¿Y vamos a hablar sobre lo que pasó en tu sótano secreto o vamos a seguir haciéndonos los locos?

Intente volver a sonreír porque sentí que normalmente yo me reiría de su forma tan directa de hablar. La verdad quería dejar de estar así.

—No sé. Pero si no entendí mal soy un sentimounstruo. —Respondí con naturalidad.

Plagg me miró preocupado y un poco sorprendido.

—No me mires con esa cara, Plagg, todavía no soy capaz de tirarme de un puente— Le dije intentando bromear

—Eso dices ahora. Cualquier cosa te estoy vigilando ha— y me miró de reojo y se rio

Mire por todos lados intentando encontrar un atisbo de emoción, mas no pasó nada.

—Plagg, las garras— me transforme cuando no había nadie alrededor.

Pasee por todos lados sin poder dejar de sentirme así. Fue incluso aburrido. Apenas me di cuenta de que no lograría sentir nada, regrese a mi casa. Fui al cuarto de Natalie a informarle mi regreso. Se sorprendió al verme temprano y me dio la indicación de comenzar mi práctica de piano.

Calentaba con unos simples ejercicios la mano mientras observaba mi cuarto. Siempre se sintió muy grande. Pero a pesar de la enorme casa y de los sitios desconocidos me sentía prisionero de la bulla de esta enorme casa.

Elegí when the love falls de Yuruma para practicar mi piano después de haber calentado. Tocaba concentrado intentando mantener los tiempos intentando respetar los silencios que existían en la pieza.

En breves momentos veía la ventana o buscaba a Plagg. Buscaba una presencia. Porque hoy, extrañamente hoy, me sentía solo sin haberme dado cuenta. Y el piano se sentía como un triste llanto. Y a pesar de que sé que sin el silencio no habría música o sonido en el cual puedan resaltar de entre tantos sonidos; para mí, cuando solo hay silencio, los objetos gritan.

Al terminar de tocar, Plagg se acercó con unos sándwiches de mollet.

— ¿No podías tocar algo menos deprimente? —me dijo ofreciéndome el plato

— ¿Te fuiste a la cocina? ¿Plagg, y si te ven?

—No te preocupes y come.

—Gracias— dije agarrando uno de eso sándwiches.

Mientras comíamos Plagg embozo una sonrisa y se quedó callado

— ¿Qué paso? — le pregunte

—Tu cara lo dice todo, Adrien, ya sé que el queso que escogí es exquisito.

—Sí, es verdad— y sonreí un poco

Finalmente di mis clases de chino y era hora de la cena. No quería bajar.

—Vámonos, Plagg— me dirigí rápidamente a la ventana

Plagg me miró confundido

Y justo entró el gorila a hacerme una seña para cenar.

—Ok, ahorita bajo—

—Plagg, las garras. —

Estaba por salir, pero ¿por qué estaba huyendo? Me sentía mal. Después de un rato me des transformé y le di su queso a Plagg y finalmente baje para finalmente hablar con mi padre.


Disculpen la demora. 

Nos vemos el siguiente sábado.

No se olviden de votar por el capitulo.

Y como siempre.

Gracias por leer <3



EL INANIMADO QUE SIENTE - MIRACULOUS LADYBUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora