OTRA VEZ

51 8 0
                                    

Giré la manija de la puerta y tenía un poco de temor de todo lo que fui descubriendo de mi padre. Mientras más pensaba en nuestra charla, tenía mucho más presente lo que vi bajo la mansión: a él destruido creando un clon de mi madre.

Aunque el hecho de que él tuviera la iniciativa para esta charla, no era usual. Esto es bueno, no tengo por qué temer lo que me diga. No creo que me haga cambiar de opinión a pesar de que sea bueno convenciendo a la gente. Tal como me reveló su identidad, puede que también me dé más información. Sí, debó estar alegre. Al fin algo está cambiando. Al fin lo veo dispuesto a escucharme. Al fin puedo decirle todo lo que pienso.

Me quedé a observar el cuadro de luto que teníamos bajando las gradas. Ojalá al fin podamos pasar de página y poner el cuadro en otra parte, en segundo plano.

Bajé más tranquilo y dispuesto a escuchar la versión de mi padre.

Me senté y esperaba impaciente a que llegara mi padre. Otra vez observé ese retrato cuando aún estaba viva mi mamá y no sentí la usual nostalgia. Sentí esperanza. No importaba si el silencio fuera tal que se escuchará el reloj o si la mesa era estúpidamente grande para dos o que llegara tarde. Con total de que llegue.

Después de un rato, di la indicación de que no me sirvieran mi cena hasta que él llegara.

Imagine su llegada. Caminando sin un atisbo de emoción y sentándose al otro extremo, muy lejos de mí, y tan pronto como se sentara el único sonido sería el tenue ruido que uno produce al comer. Me emocionaba la idea de que fuera usual cenar juntos. Fui un idiota por sentirme abrumado por todo lo que me confió. Me empecé a reír solo en la mesa.

Escuché a alguien llegar. Respiré hondo y vi por donde llegaban los pasos. Tristemente apareció alguien de la cocina con mi comida a informarme que, como siempre, mi padre no vendría a cenar conmigo porque estaba muy ocupado.

Subí a mi cuarto con mi cena y prendí la tele. Otro akumatizado en París.

Me reí fastidiado. Claro que estaba muy ocupado.

Ladybug con Rena Rouge y Caparazón ya lo habían derrotado. Me pregunté si ahora ya estaría libre y podríamos hablar.

Bajé, me dirigí al cuadro de mamá. Justo había regresado.

—¿Ahora sí podemos hablar?

—Adrien, ahorita no estoy de humor—respondió un poco molesto sin dirigirme la mirada.

—Lo sé. Vi las noticias.

—Adrien, retírate— me respondió tranquilo como siempre.

—Sí, padre— y cómo siempre yo cedí. — ¿Mañana cenamos juntos? —pregunté antes de retirarme.

Asintió con la cabeza y finalmente me retiré.

Otra vez igual.




EL INANIMADO QUE SIENTE - MIRACULOUS LADYBUGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora