Después de haber llegado al punto acordado, siguiendo al pie de la letra las instrucciones de la carta, nos encontramos solos en la desolada oscuridad. Sin embargo, Brianda, inquieta como nunca antes, murmuró con voz temblorosa —Cloe, puedo sentir por primera vez en mi vida una energía semejante a la que reside en este collar. Pero... ¿Qué es esto? ¿Qué es esta sensación que se arrastra por mis venas?
Observando su agitación, le pregunté con urgencia: —¿Qué sucede, Brianda? ¿Te encuentras mal? Ella, con una sonrisa desbordante de emoción, respondió —No, en absoluto. Siento... algo increíble. Es como si una fuerza poderosa me invadiera, despertando en mí una curiosidad insaciable. Es como si fuera conocimiento puro.
Aunque yo era la portadora del collar, comprendí que Brianda percibía cosas más allá de mi entendimiento. Tal vez, porque ella misma es la esencia del collar, mientras que yo solo lo llevo. Confiando en su intuición, le pregunté —¿De dónde crees que proviene esa energía? Confundida, ella apenas pudo responder —No lo sé, pero... observa mi collar. ¿Lo ves? Está resplandeciendo como nunca antes.
Douglas, desconcertado, esbozó una sonrisa nerviosa y dijo —No sé qué diablos está pasando aquí, pero no veo a nadie. Maldición, espero que no estemos cayendo en una trampa. Si es así, este lugar maldito podría ser nuestro fin.
De repente, mi dispositivo de rastreo de señales comenzó a emitir un pitido ensordecedor, mientras su temperatura aumentaba rápidamente. Noté con asombro que el aparato se había teñido de un intenso color morado. El miedo se apoderó de nosotros, así que le dije a Douglas que me tomara de la mano para volvernos intangibles. Fue en ese momento cuando ella apareció, revelándose ante nosotros. Al parecer, había estado utilizando un sofisticado camuflaje tecnológico. No había duda, era la misma chica de la carta, su rostro inconfundible; sin embargo, su apariencia había cambiado. Ahora vestía una especie de armadura tecnológica que la hacía parecer aún más imponente.
Me miró con una mezcla de sorpresa y desconfianza, su voz firme pero ligeramente alterada: —¿Eres Cloe Smith? ¿Quiénes son ustedes dos? Identifíquense, o me veré obligada a eliminarlos.
La tensión en el aire era palpable. Al darme cuenta de que esta figura no parecía tener intenciones amistosas, le grité con determinación que yo era Cloe Smith, y que estaba en el lugar indicado, tal como lo pedía la carta.
Ella, con la confusión reflejada en sus ojos pero con una resolución cada vez más peligrosa, me interrogó con dureza: —¿De qué carta hablas? Muéstrame esa carta.
Intenté sacar la carta, pero Douglas me detuvo en seco, advirtiendo que si se la mostraba, la carta perdería su origen, creando una paradoja de consecuencias impredecibles, pues si ella leía la carta existía el riesgo de que la replique y que este evento solo sea él desencadénate del pasado o talvez algo peor, si alguien crea una carta y se la da a su versión del pasado para que la vuelva a escribir, entonces la carta pierde su origen.
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Viaje hacia el corazón de la oscuridad (EN CURSO)
FantasyCloe Smith nació en un mundo de tinieblas, donde la luz era solo un sueño y un enigma. Nadie sabía de dónde venía, si existía o cómo crearla. Solo se contaban historias de un tiempo lejano, cuando el sol iluminaba el cielo y las estrellas brillaban...