Capítulo 9 Brianda 3.0

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Mientras Brianda continuaba relatando su historia, Douglas, con voz cargada de resentimiento, dejó escapar unas palabras que, en lo más profundo de mi ser, anhelaba expresar también. Sus frases resonaron en el aire como campanas de lamento:

—Dices que ella era la mejor de tu época, pero no, era la mejor de todos los tiempos. Sin embargo, simplemente los abandonó. Creo que, al ser una anomalía entre las anomalías, se percató de algo que su equipo de exploración jamás comprendería; algo que trasciende nuestra capacidad de imaginar. Me atrevo a decir que esa todopoderosa Amada, quien no figura en los registros históricos de Armítael, les traicionó por un anhelo que su corazón perseguía.

—Afirmas que ella era una verdadera bendecida, pero creo que esa bendición nunca fue comprendida en su totalidad. El jefe supremo ordenó que no se hablara más de la última exploración, y quizás eso se deba a que Amada fue uno de los mayores fracasos en la historia de esta patética humanidad. Esa traición, esa ambición insaciable que nunca quiso compartir con nadie, ni siquiera contigo, es lo que le otorgó un propósito. A pesar de que la amabas con todo tu ser, su vida no te incluía a ti.

Las palabras de Douglas eran como cuchillos afilados, desgarrando las ilusiones que aún quedaban. La realidad era cruel, y la tristeza se cernía sobre nosotros como un manto oscuro, recordándonos que el amor, por más profundo que fuera, a veces no era suficiente para mantener a alguien en nuestro lado.

 La realidad era cruel, y la tristeza se cernía sobre nosotros como un manto oscuro, recordándonos que el amor, por más profundo que fuera, a veces no era suficiente para mantener a alguien en nuestro lado

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—Una vez que Douglas pronunció esas palabras, la chica del collar lo miró con desprecio, intentando golpear su rostro con un puñetazo. Sin embargo, sus manos eran intangibles, como si el humo tratara de impactar contra una roca. Ella gritó de tristeza, llorando en el suelo desconsoladamente y clamando: "¿Amada, por qué lo hiciste? ¿Por qué me abandonaste?" Ante esta escena desgarradora, me volví hacia Brianda y le pregunté:

—¿Cuál es su propósito ahora? ¿Por qué desea colgarse del cuello de una completa desconocida?

Ella me miró, una sonrisa en su mirada entrelazada con lágrimas, y respondió:

—Ya no tengo nada que perder. Además, ustedes tampoco pueden volver. Una vez que salgas del campo de fuerza del poblado de Armitael, y después de haber recorrido kilómetros y kilómetros, si miras hacia atrás, solo verás desierto. ¿No les dijeron eso antes de embarcarse en la exploración? Todos avanzan en busca de una forma de regresar a casa. En este lugar, si una persona se aleja demasiado de los demás, también desaparecerá. Muchos de mis camaradas se desvanecieron al separarse del grupo, así que les aconsejo que fortalezcan esa soga. No querrán perder a uno de ustedes. Recomiendo mantener una distancia de diez metros.

Las palabras de Brianda resonaron en mi mente, envolviendo nuestro destino en una atmósfera de desesperanza y tragedia, recordándonos que la soledad en ese vasto desierto podría ser el final de nuestras historias.

Regla 8:

Dentro del límite 3 km, si te alejas a más de 200 metros de alguien o del grupo, desaparecerás, la persona o grupo de personas se convierten en el punto de partida, si este se queda estático y alguien se aleja más allá de esta distancia, desaparecerá.  

Viaje hacia el corazón de la oscuridad (EN CURSO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora