Vestidito negro.

112 19 1
                                    

A Teo le había parecido buena idea organizar una fiesta de bienvenida (para él mismo). Iván se copó, y yo también, hasta que me dijo que iba a ser en mi casa.

—No, Tadeo.— finalicé seria. Hacía 10 minutos que me estaba pidiendo por favor que pusiera mi casa para hacer su fiesta. —Además, ¿por qué tiene que ser en mi casa? El que volviste fuiste vos, no yo.— me crucé de brazos, viendo como el morocho tenía la intención de seguir insistiendo.

—Pero Fede, escuchame...—

—No—

—Mi madre no va a dejarme poner casa porque está todo en cajas y tirado por todos lados, haceme este favor nada más— rogaba el chico, por vigésima quinta vez.

—¿Y qué te hace pensar que mi madre me va a dejar hacer la fiesta acá?— lo miré
incrédula.

—Si tu madre no tiene problema, Fede. Te acordás cuando vinimos todos los de la clase un sábado, porque tu mamá trabajaba y...— dijo Iván, y se calló a la mitad de la oración porque me vio haciéndole ojos de loca. Realmente inoportuna la anécdota, y el dato que mi mamá trabaja los sábados.

—¡Viste! No te va a decir nada Fe, dale. Por favor.— No podía creer que Tadeo se estaba arrodillando para pedirme algo— Hago lo que quieras. Invita a quien vos quieras, yo compro las bebidas y después te ayudo a limpiar y ordenar. Porfa— juntó las dos manos en forma de plegaria.

—Bueno, está bien— acepté rodando los ojos. —Pero más te vale que cumplas todo lo que prometiste. Y vos— señalé a Iván— no te vas a librar, vas a ayudar a limpiar también. Por bocón.

La puta madre

-

Los días pasaban y las preparaciones de Tadeo iban apareciendo día tras día en mi casa, haciendo que mi madre se preocupara, porque el chico había comprado alcohol como para 200 personas.

—No le digas a Moni igual, por las dudas— Le dije después que vio las botellas de fernet y ron que merodeaban por mi casa.

—Lo único que te pido, Federica Martínez, es que tengan cuidado. Nada más. Cualquier cosa me llamas.— dijo en un tono amenazador, mientras que recolectaba sus cosas antes de irse.

—¿Ya te vas?— pregunté confundida, recién eran las 6 de la tarde, por lo general los sábados se iba como a las 9 de la noche.

—Voy a pasar por lo de Raquel antes de ir, me invitó a conocer la casa nueva— comentó, haciendo que yo le levantara el pulgar. —Dame un beso, pulga.— Se acercó y me besó la frente. —No hagan mucho quilombo, cualquier cosa me llamás —repitió— cuidate.

—Chau, ma. Besos a Raquel.— le cerré la puerta y me tiré en el sillón sin hacer nada mientras miraba el celular.

Me despertó el timbre, aunque no sé en qué momento me dormí. Abrí la puerta encontrándome con los dos muchachos morochos que tengo como amigos y un par de botellas más, siendo cargadas por Tadeo.

—¿Qué hora es? ¿Ya vinieron? Tadeo ¿Cuánto pensás tomar, hermano? Hay trescientas botellas desperdigadas por mi casa, mi madre se preocupó.— dije mientras les abría la reja. Me había levantado cruzada de la siesta no-planeada.

—Hola, ¿no?— dijo Teo antes de saludarme con un beso en la mejilla. —Ya son las nueve, dijiste que viniéramos, así cenábamos juntos y arreglábamos todo.— No recuerdo en qué momento les dije eso, pero fingí demencia.

—Bueno, pero me tengo que bañar y todo. Si quieren comemos, me baño y ya me apronto, ustedes ordenan y después previamos. ¿Les va?— les ofrecí.

—¿Eh?— gritó Iván desde la cocina— ¿Cómo que "ordenan"? ¿Y vos?—

—Yo puse la casa y les hice un trato a cambio, cúmplanlo— me encogí de hombros. —Además, es mover algunas cosas de lugar y poner vasos y esas boludeces, tampoco es la gran cosa.— Dije mientras veía a donde íbamos a pedir la comida—

—Te odio— musitó, y le levanté el dedo del medio en respuesta. —Al final, ¿a quiénes invitaron?— Otro pequeño detalle, Iván no había estado en el armado de la "lista", fuimos solo Tadeo y yo, porque él estaba en lo de la abuela.

—Los que Tade conoce que fueron a la escuela con nosotros, y después a los demás— le dije. Los demás eran todos los que habían ido a la escuela con nosotros, después que Tadeo se fue.

—Ah, piola. ¿Pedimos unas hamburguesas?—

-

Comimos, les di las cosas para limpiar y ordenar, y subí derecho a arreglarme. Era medio aburrido aprontarme sola, pero bueno, mis amigas venían más tarde. Creo que nunca hablé de ellas, son Jazmín y Mora. No son tan cercanas como lo son Iván y Tadeo, pero igual las consideré siempre mis amigas más cercanas, o al menos desde que teníamos 15.

Me terminé de bañar y salí derecho a cambiarme y maquillarme, no sin antes escuchar el quilombo que estaban haciendo abajo moviendo los muebles. Dios mío.
Me sequé y planché el pelo en media hora, tiempo récord, y después me maquillé dejando el outfit para lo último, porque no sabía qué carajo me iba a poner.
Revolví todo el ropero, de arriba abajo y de atrás para adelante. Dios. Solté un suspiro de lo frustrada que estaba, hasta que me acordé de un vestido que me había comprado el verano pasado y todavía no había usado. Era un vestido negro con tiras, y bastante corto para el gusto de mi madre, que se encargó de decírmelo varias veces. La pregunta es con qué lo combinaba, si con las botas altas o con los borcegos.

-

—Chicos, ¿Cuál les gusta más, con las botas altas o con las cortitas?— grité mientras bajaba la escalera para llamarles la atención. Ninguno me escuchó, estaban en la de ellos. —Bo, les estoy hablando— dije, fastidiosa. Cuando me pongo de mal humor me vuelvo uruguaya.

Ambos miraron a la escalera, donde yo estaba parada, y fue como si hubieran visto un fantasma.

— ¿Y?—

—¿Qué dijiste?— Dijo Tade, con cara de boludo.

—Ven que no me prestan atención cuando les hablo. Ta, dejen, yo veo que me pongo. Dios— bufé y me senté en el penúltimo escalón para calzarme las dos botas altas. Cuando terminé de subirme el cierre los miré y seguían ahí, pasmados. —¿Qué les pasa?—

—Nada—

—Estás muy linda—

Soltaron los dos al mismo tiempo, y se miraron como si el otro no tendría que haber dicho lo que dijo. Me hicieron reír.

—Gracias Teito.— sonreí. —Guardo estas botas y bajo a ayudarlos.—

Mientras subía escuche que Tade le decía a Iván que era un boludo. Vaya a saber una por qué.
























Yo desaparezco 7 meses y después actualizo dos veces en un mismo finde, no hay punto medio.

Como estannnn? Yo contenta xq me puse las pilas con la fic, y escribí varios caps para dejar preparados e ir subiendo!!!! Un aplauso.

Espero que les guste el cap de hoy, medio para cerrar el finde horrible después de que perdió Boquita :( la puta madre loco. Hermanas bosteras, las acompaño en sentimiento. 💙💛💙

No se olviden de votar y comentar, y les mando un beso enorrrrme <3

-Mica:)

𝗵𝗲𝗮𝗿𝘁𝗯𝗿𝗲𝗮𝗸 𝗴𝗶𝗿𝗹 | 𝘀𝗽𝗿𝗲𝗲𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora