6: La determinación de un pecador 1/4

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'No envío esta carta como amenaza, sino como advertencia por la adversidad que se avecina'.

Tal vez sea por todo el caos al que está empezando a acostumbrarse con Luffy a su alrededor. O puede que sea porque su prometido y toda su temeridad están empezando a contagiársele, porque Law siente que la emoción le invade mientras lee la siguiente parte de la carta.

'Conozco a un mínimo de tres personas que se dirigen hacia ti: Garp, Sabo y Shanks'.

En la que Law recibe una carta de Dragon y conoce por fin a la sobreprotectora familia de Luffy.

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Es la primera vez en dos semanas desde la última vez que Law durmió tan profundamente.

A juzgar por los rayos de luz que se cuelan por el ojo de buey, el cirujano calcula que ya son casi las diez de la mañana. Es un poco sorprendente que Penguin aún no haya irrumpido en su habitación para despertarlo para el desayuno. Su tripulación siempre ha intentado sacarle de sus hábitos poco saludables de comida y sueño, pero se han mostrado mucho más obstinados en ello cuando por fin se reencontró con ellos allá en Zou.

Law cierra los ojos por un momento, disfrutando del suave balanceo provocado por las olas que empujan y tiran contra la orilla donde está atracado el Polar Tang. No puede evitar un suspiro de alivio ante el extraño confort que le han proporcionado las horas de sueño que ha dormido esta noche.

Después de todo, el sueño nunca ha sido un buen compañero para él, no después de la noche en la que toda su ciudad ardió a su alrededor, no después de que ansiara la destrucción del mundo que maldijo a toda su ciudad y, desde luego, no después de que perdiera la esperanza que le amaba a pesar de todas las manchas y la miseria que traía consigo.

El sueño nunca ha sido un buen compañero para él, hasta que sorprendentemente el sueño volvió a saludarle cuando cierto idiota le engatusó para que se durmiera a su lado.

Sin embargo, es un asunto totalmente diferente cuando el sueño parece tan inalcanzable, no por las pesadillas, sino por las imágenes de este cierto idiota y la voz que sigue gritando una cosa en particular en su mente.

Esa voz empezó como un susurro allá en Dressrosa, intentando darle respuestas a esas pequeñas preguntas que llevaba arrastrando desde hacía trece años, intentando recordarle su valía a pesar del icor de iniquidades que corría por sus venas, intentando empujarle a echar un vistazo al resplandor de esa sonrisa que sabía que ni siquiera merecía.

Esa voz en particular comenzó como un susurro, hasta que la voz se hizo cada vez más fuerte: ya no le recordaba, ya no le incitaba, ya no le animaba. La voz se hizo más fuerte y empezó a exigir cosas que él sabía que aún estaban fuera de su alcance, cosas que sabía que era demasiado presuntuoso por su parte intentar reclamar para sí. La voz se hizo cada vez más fuerte hasta que Law se vio obligado a darse cuenta de lo egoísta y codicioso que podía llegar a ser un pecador como él.

"¿Ne, Torao? En tu país, ¿qué hace la gente si quiere casarse?"

Esas fueron las palabras que hicieron que la voz se hiciera más fuerte. Esas fueron las palabras que empezaron a aturdir su mente hasta que ya no pudo moderar todas sus esperanzas, deseos y plegarias. Fue aquella noche en Zou cuando Law se dio cuenta de lo impertinente que se había vuelto en el poco tiempo que llevaba reconociendo sus sentimientos por su capitán aliado.

Esas fueron las palabras que le hicieron pensar que tal vez, sólo tal vez, Luffy también veía un futuro con él.

Sin embargo, el Cirujano trató de enterrar la voz en cuanto surgió de su mente. Law prefirió ignorar esa voz en lugar de planear los pasos que debían dar para lograr su objetivo de destronar a Kaido, aun cuando ya sabía lo inútil que podía ser planear algo cuando ya involucraba a Luffy y a su tripulación.

Un Tesoro de Cartas - LawluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora