Flufftober 2023 (Inazuma Version)

Day 23: Coffee shop (Fudou/Kidou) (EnKaze) (HiroMido) (SomeFubu)

Aquel pintoresco lugar se había vuelto vital para la cordura de Kidou.

Era una pequeña cafetería que ignorarías si no estuvieras prestando la suficiente atención.

El chico de gafas entró a aquel lugar con tranquilidad, lo primero que hizo fue buscar con la mirada a sus acompañantes. Se dio cuenta que el lugar estaba bastante vacío como era habitual, rápidamente encontró a sus amigos, sus llamativos cabellos siendo incapaces de pasar desapercibidos en aquel lugar que tenía una paleta de colores tierra.

Se acercó a la ruidosa mesa con emoción recorriendo sus venas. Pasó con calma el espacio que los separaba, notando que las plantas que decoraban el lugar estaban recién regadas. Vio que, junto a la mesa que solían usar con regularidad había una maceta nueva que tenía unas vibrantes flores amarillas y azules, eso puso una sonrisa en su rostro al pensar que eran los característicos colores que usaban en sus uniformes hace unos cuantos años.

—Hola chicos. —Saludó a los muchachos notando que aún no habían pedido nada. Se sentó con calma frente a Kazemaru, quedando así la blanca mesa cuadrada con todos sus lados ocupados.

—Te estábamos esperando, sabemos que eres quien más necesita de estas reuniones —dijo Hiroto molestándolo un poco.

—-Por supuesto, si de todos aquí es el único con un novio delincuente —Fubuki se burló.

—No seas malo, Fudou ya no es un delincuente. —Kazemaru hizo un burdo intento defenderlo, pero la sonrisa traicionera en su rostro y la diversión tiñendo su voz eran imposibles de disimular.

—Veo que hoy están muy chistositos, parece que desayunaron payaso —el tono inexpresivo de Kidou solo aumentó las ganas del grupo de seguir molestándolo.

—No es nuestra culpa que tengas mal gusto —dijo el defensa de cabello turquesa entre risas.

—Akio será un ex delincuente, pero no está obsesionado con el fútbol, ni dice refranes, ni está feo. —Kidou devolvió el golpe a cada persona presente en aquella mesa.

—¡Hey! —exclamaron todos al unísono frunciendo el ceño.

—Ahora ya no les hace tanta gracia ¿no es así? —dijo un poco ofendido el centrocampista.

—Mejor calmemonos todos, que aquí vinimos a quejarnos un poco de nuestras vidas, no a insultar los gustos de cada uno. —La voz de Kazemaru salió apaciguadora, no quería ningún conflicto entre sus amigos.

—Tienes razón, supongo que andamos un poco más susceptibles de lo normal —dijo Hiroto con un suspiro.

—Está bien, pero tu información Ryuugo no es feo —Fubuki defendería con uñas y dientes a su novio, a sus ojos simplemente tenía una belleza exótica.

—Pero debes reconocer que Someoka no es la octava maravilla del mundo —dijo bromeando un poco Hiroto. El defensa de hielo simplemente lo miró mal.

—Mejor hagamos nuestros pedidos antes de echar el chisme a gusto. —Fubuki cambió de tema rápidamente, no quería molestarse más, y agarró uno de los menú que habían a un costado de la mesa.

Kidou no sabía porqué se daba la molestia de revisarlo cada vez que venían si ya habían probado cada una de las cosas que ofrecía el sitio, se sabían aquella lista de memoria. Además, Fubuki era bastante especialito con su comida, no solía probar muchas cosas nuevas y siempre terminaba haciendo el mismo pedido.

Una vez todos le dijeron al camarero que era lo que querían, volvieron a perderse en la charla que los había llevado ahí en primer lugar.

—Ya que Kidou es quien más estresado parece, como siempre, debería empezar a hablar él. —Todos en aquella mesa voltearon a ver al chico de rastas con atención en cuanto el defensa de cabello gris terminó de hablar.