Flufftober 2023 (Inazuma Version)

Day 4: Rainy Day (EnKaze)

Habían quedado solos en la cancha, el resto del equipo se había ido antes de lo habitual porque habían pronosticado una fuerte lluvia, sin embargo Mamoru quería seguir entrenando y él como buen novio que era, no podía dejar que se quedara solo. Es por esto que se podía observar a un chico castaño y a uno de cabello turquesa intentando regatear en un campo totalmente vacío, ambos sudados y llenos de tierra.

—Creo que deberíamos terminar por hoy ¿no crees? —dijo el defensa con su mirada dirigida al oscuro cielo con nubes negras, se notaba que estaban cargadas y gritaban que venía un aguacero.

—Está bien —dijo con un puchero, sabía que debía escuchar a Ichirouta, ya que solía ser la voz de la razón.

Cuando salieron de los vestidores, ya con su uniforme normal y no el de fútbol, notaron que el cielo se había oscurecido aún más si es que eso era posible, ninguno había traído paraguas, Kazemaru estaba seguro que se le estaba pegando la naturaleza distraída de su novio. Decidieron apurar el paso, sin embargo no alcanzaron ni siquiera a llegar a la entrada del instituto cuando comenzó a llover.

Comenzaron a correr, queriendo evitar empaparse. Conforme más avanzaban en su camino peor se iba volviendo el clima, llegó un punto en el que simplemente comenzaron a caminar pues de todas formas ya parecía como si les hubieran tirado una cubeta de agua a cada uno en la cabeza.

Para este punto ya habían asumido que se enfermarían, por lo que se tomaron las cosas con calma y decidieron simplemente disfrutar de este tiempo a solas. Conversaron de todo y nada cuando llegaron a un parque, a lo lejos vieron un gran charco, Mamoru puso su clásica sonrisa llena de dientes y corrió directo hacía su objetivo, Ichirouta lo vio desde atrás mientras negaba con la cabeza con una pequeña sonrisa asomando en sus labios.

"Sigue comportándose como un niño pequeño" pensó al ver al castaño saltar directamente al medio del charco, mojándose aún más. Vio como Mamoru se dio la vuelta para mirarlo como buscando su aprobación, el defensa solo se rió y se acercó lentamente al ver que el portero le hacía señales.

—¡Vamos Ichirouta! se que también te mueres por hacerlo —gritó con una gran sonrisa dividiendo su rostro.

La única respuesta que recibió fue el agua que se levantó cuando el chico de largos cabellos saltó a su lado.

Ambos estuvieron un rato jugueteando en el agua, pero se detuvieron cuando escucharon un trueno, lo mejor sería volver a casa. Y mientras caminaban juntos tomados de la mano hacia sus hogares, solo podían sonreír al pensar que al menos por unos instantes volvieron a ser niños pequeños que no tenían ninguna preocupación en la vida.

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