Day 17: Massage (FuKaze)

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Cuando Fudou llega a casa le sorprende la tranquilidad y el silencio que hay.

Faltaba la típica presencia de Kazemaru moviéndose por los cuartos, quien era un fanático del orden y era incapaz de quedarse quieto, siempre en una constante busqueda de algo nuevo que hacer, era un culo inquieto, como le gustaba llamarlo Fudou.

Es así que cuando finalmente llegó a su cuarto le sorprendió ver al chico de largo cabello turquesa en la cama viendo televisión. Tenía su cabello tomado en un moño desordenado, lucía una polera sin mangas blanca y unos short azules, estaba apoyándose en el respaldo de la cama y con una pierna estirada puesta sobre una almohada.

En dicha extremidad podía observarse una ligera hinchazón acompañada de un enrojecimiento en la zona.

—¿Por qué no me llamaste? —Fue lo primero que salió de la boca de Fudou.

—Ah, bienvenido a casa —dijo Kazemaru girando la cabeza en dirección al castaño—, no quería molestarte, no es nada grave y uno de los chicos del equipo se ofreció a traerme.

—-Debes tener más cuidado, no puedes lastimarte así como sí siendo jugador profesional —dijo seriamente Akio.

—Ya lo sé, creo que me pasé con el tiempo de entrenamiento y por el cansancio no pude esquivar una barrida, el pie del otro chico me golpeó un poco y ya, no es la gran cosa, ve, ni siquiera me salió un moretón —dijo mientras señalaba su pierna lastimada buscando probar su punto.

Fudou lo miró mal unos segundos antes de suspirar y dirigirse al baño, necesitaba urgente una ducha y un cambio de ropa.

Mientras tanto Kazemaru continuó viendo televisión. No le gustaba estar tanto rato sin hacer nada productivo, pero sabía que no debía forzar su pierna si quería estar sano para cuando empezara la próxima temporada.

Cuando Fudou salió del baño pudo ver a su novio mirar con mala cara su pierna, a la vez que se frotaba suavemente la zona hinchada.

—¿Te duele?

—Un poco, ¿puedes traerme un analgésico? por favor —dijo Ichirouta poniendo ojos de cachorro, sabiendo que Akio no podría negarse.

Es así que Fudou se encargó de ir a buscarle la medicación, pero al volver vio que traía entre sus manos no solo eso, sino que también cargaba con unos parches de calor, una botella con agua y el chocolate favorito de Ichirouta.

—Toma —dijo Fudou dándole la pastilla y el agua, la cual tomó inmediatamente, pues podía sentir como poco a poco la pierna comenzaba a molestarlo cada vez más.

—Gracias. —Una dulce sonrisa se posó en los labios del defensa cuando recibió su chocolate.

—No pongas esa cara, que no es para tanto —dijo Akio con un sonrojo posado en sus mejillas y desviaba la mirada, su corazón no podía soportar mirar fijamente la tierna expresión que tenía Ichirouta, quien lo miraba con profundo afecto desbordando de sus ojos marrones.

Kazemaru solo se rió un poco al ver la timidez que invadía al normalmente confianzudo chico, después de tantos años juntos al castaño aún le daba vergüenza hacer muestras de cariño.

Akio ignoró la reacción de su pareja y se sentó a los pies de la cama, con mucho cuidado levantó la pierna la pierna herida y la colocó en su regazo.

Mirando está escena con curiosidad Ichirouta no dijo nada, esperando a ver cual sería el próximo movimiento del castaño.

Con cuidado Akio colocó sus manos sobre la zona lastimada, pudo sentir sus dedos rozar la suave y blanca piel de Ichirouta. Masajeó con calma, al inicio ejerciendo apenas fuerza, pues no quería hacer más daño y que su novio sufriera, es así que, casi como una caricia, fue usando sus manos para relajar los músculos del defensa.

Un par de minutos después, al ver que Ichirouta no daba señales de incomodidad, aumentó un poco la presión en sus movimientos.

Lo hacía con toda la calma del mundo, rozando apenas el sitio golpeado y enrojecida, concentrándose en el resto de la extremidad. Hizo hincapié en los gemelos, donde podía sentir tensión, pues sabía que masajear ahí ayudaría con el entumecimiento de la pierna y la molestía pasaría más rápido.

Ichirouta sintió su corazón calentarse al ver la expresión concentrada de Akio, con los ojos fijos en la herida y su ceño levemente fruncido, mientras hacía todo lo posible por hacerle más llevadero el estar sin poder hacer su rutina normal.

Kazemaru pensaba que era un gesto muy lindo de parte de su pareja, aunque nunca se lo diría, porque lo mandaría a freír espárragos. Eran estas pequeñas cosas lo que lo hacían enamorarse cada día un poco más de Akio.

Estuvieron así unos quince minutos, con Fudou dando todo de sí para realizar bien su tarea, pasando sus ásperas manos sobre la tersa piel, haciendo distintos movimientos para relajar la zona y Kazemaru viéndolo atentamente.

—Creo que es suficiente. —La suave voz de Ichirouta sacó a Akio de su tarea. Levantó la cabeza y sus ojos se encontraron, verde contra marrón.

—¿Te lastimé? —preguntó preocupado, no esperó respuesta, agarró un parche de calor y lo colocó con cuidado en el área levemente inflamada.

—Nop, estuvo bastante bien, no sabía que sabías dar masaje, y mucho menos que podías tratar algo con tanta delicadeza.

—Tch, uno no puede hacer nada bueno y ya lo agarran de burla —dijo Fudou con el ceño fruncido.

—Era una pequeña broma, ven para acá —dijo con una sonrisa Kazemaru mientras palpaba el lugar a su lado.

Con un suspiro Akio se levantó y volvió a colocar la pierna del defensa sobre la almohada de antes. Luego dio vuelta la cama para poder sentarse junto a su novio.

En cuanto lo tuvo a su alcance, Ichirouta agarró con ambas manos la cara de Akio y juntó sus bocas en un suave beso.

—Gracias por cuidarme —susurró sobre sus labios antes de volver a juntarlos.

Se besaron con intensidad, intentando expresar con sus bocas todo aquello que sentían por el otro. Akio mordió el labio inferior de Ichirouta, pidiendo permiso, el cual fue conseguido inmediatamente. Sus lenguas se juntaron con fogosidad, bailando a un ritmo ya bien conocido por ambos.

—Quizá en otra circunstancia pueda aplicar mis conocimientos en masajes en zonas más interesantes de tu cuerpo —dijo Akio con una sonrisa traviesa, sus ojos verdes oscurecidos y su voz saliendo una octava más baja de lo normal.

Ichirouta solo se río un poco, sin negar ni confirmar nada, antes de volver a unir sus bocas.

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Flufftober 2023 (Inazuma Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora