Day 3: Sick (EnKaze)

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Kazemaru estaba preocupado, Endou había faltado a la escuela sin dar aviso a nadie del equipo, lo cual era especialmente raro porque tenían un partido dentro de poco y el equipo necesitaba practicar la mayor cantidad de tiempo posible. Es por esto que le avisó al equipo que iría a visitar a Endou y dejó a Kidou encargado de dirigir el entrenamiento.

De camino a la casa de su capitán decidió pasar por el supermercado, puesto que algo en su interior le decía que Endou estaba enfermo, pensó que seguramente se había quedado hasta tarde practicando y agarró un resfriado, eso sería muy típico de él.

Suspiró mientras pagaba por la comida y algunos remedios, pues sabía que los padres del castaño estaban fuera de la ciudad por un viaje de negocios, y estaba seguro que, si realmente estaba enfermo, Mamoru no sabría cuidarse así mismo.

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Endou se despertó sintiéndose horrible, podía sentir que le palpitaba la cabeza y todo a su alrededor daba vueltas. Intentó levantarse para vestirse, puesto que justo ese día no podía perderse las clases, ya que era viernes y el equipo podía pasar más horas de lo normal usando la cancha del instituto. Sin embargo, en cuanto trató de dar un paso sus piernas comenzaron a temblar, suspiró dramáticamente al notar que de verdad estaba mal y que se perdería la práctica.

Derrotado volvió a acostarse y llamó a su madre para que ella le avisara a la escuela que no podría ir por estar enfermo. Ella le dio instrucciones sobre cómo cuidarse, le dijo que tomara una pastilla que había en su botiquín, que cuando esto hiciera efecto y estuviera mejor fuera a comprar unos medicamentos específicos para tratar la fiebre, también le dijo que debía descansar y no forzar su cuerpo si quería estar completamente recuperado para su próximo partido.

Endou tomó la pastilla y se fue a dormir, ignorando completamente el resto de cosas dichas por su madre. Cuando despertó era ya bastante avanzada la tarde y no había comido ni comprado nada, sentía que su cuerpo le estaba matando. Se estaba cuestionando si valía la pena levantarse de la cama cuando escuchó unos golpes en la puerta delantera de la casa.

Hizo su camino lentamente y apoyándose en las paredes, pues aunque descansar le quitó un poco el dolor de cabeza y el mareo, todavía podía sentir sus piernas débiles y entumecidas. Al abrir la puerta se sorprendió al ver a Kazemaru cargando varias bolsas.

—Así que mis predicciones eran correctas —dijo Kazemaru notando la figura sudorosa y enfermiza del chico frente a él, entró al hogar de su pareja con toda la confianza del mundo.

—Hey Ichirouta —saludó con una voz rasposa y carente de su energía habitual, carraspeó un poco para intentar disminuir la incomodidad que sentía al hablar—, ¿qué haces aquí? —habló mientras cerraba la puerta de su hogar detrás de él.

—¿Pues tú qué crees? vine a cuidarte. Me preocupó que faltaras sin avisarme y asumí que estabas enfermo por haberte sobreesforzado entrenando. —El defensa caminó hacia la cocina, comenzó a sacar las cosas de las bolsas, para luego acomodarlas a lo largo de la encimera en un orden que solo él entendía.

—Lo lamento, avisé a mi madre pero me olvidé de mandarles un mensaje a ustedes —dijo avergonzado.

—Lo suponía —soltó con un suspiro—, ¿ya comiste algo? —preguntó aunque ya estaba preparando los ingredientes para cocinar.

—De hecho no he comido nada en todo el día, estaba muy cansado —dijo colocando una mano en su cabeza mientras una pequeña sonrisa de disculpa se posaba en su rostro.

—Bueno, ve a tomar un baño, acuéstate y tómate la temperatura, yo te llevaré la comida cuando esté lista —dijo el defensa en un tono que no dejaba lugar a quejas—, también te traje unos remedios pero no los puedes consumir con el estómago vacío, así que te los daré más tarde.

Endou le hizo caso sin rechistar puesto que sabía lo terco que podía ser su novio y no tenía la energía para discutir en este momento. Al meterse a bañar pudo sentir cómo sus músculos se relajaban al entrar en contacto con agua caliente, al salir se puso un nuevo pijama rápidamente y puso el termómetro bajo su axila. Momentos después vio a Kazemaru entrar a la habitación con una bandeja que tenía 2 platos y 2 vasos con agua, también tenía entre sus manos una bolsa.

El ex-atleta colocó la bandeja en la mesita de noche de Endou, y puso la bolsa en el piso. Pasados 5 minutos le pidió a Mamoru el termómetro, al verlo notó que no estaba tan mal, pues marcaba 38,2 grados, podía trabajar con eso.

—Toma, te hice sopa, le puse verduras y carne —dijo mientras le entregaba su plato—, leí que la sopa ayuda a hidratar y mantener la temperatura corporal, y considerando que llevas todo el día dormido estoy seguro que no has bebido suficiente agua, también refuerza el sistema inmunológico, cosa que necesitas pues nunca pareces respetar los límites de tu cuerpo —exclamó en un leve tono de reproche mientras fruncía un poco el ceño.

—Lo lamento, te prometo que empezaré a cuidarme más —respondió como niño regañado al que pillaron haciendo una travesura.

—Me gusta cuidar de ti Mamoru —dijo Kazemaru—, pero más me gusta cuando estás bien —soltó un suspiro al decir esto—, no pido que te cuides por mí, sino que lo hagas por ti. Necesitas estar bien para poder cumplir tu sueño de que seamos el mejor equipo del mundo, debes estar sano para que podamos seguir jugando juntos. —Terminó de hablar con una sonrisa.

—Tienes toda la razón Ichirouta, debo mantenerme sano y fuerte para poder seguir mejorando nuestro fútbol —exclamó lleno de energía antes de empezar a comer como si estuviera muerto de hambre.

—Ve más despacio, no quiero que te ahogues —dijo con una sonrisa, pues se alegraba de ver a su novio siendo feliz—, ¿te gustó lo que preparé? —preguntó un poco temeroso de que a su pareja no le gustara su cocina.

—Está muy bueno —respondió con la boca llena, lo que le valió una mala mirada de parte del de larga cabellera—, estoy seguro que me sabría aún mejor si no estuviera resfriado —habló después de terminar de tragar, pues no quería molestar a su novio después de todo lo que este había hecho por él.

Terminaron de comer entre charlas casuales y risas, Kazemaru le contó lo que pasó ese día en la escuela, le entregó la tarea y le comentó que había dejado a Kidou a cargo del equipo. Ichirouta le dio los remedios correspondientes, ignorando las quejas del castaño sobre el sabor del jarabe para la fiebre. Decidió quedarse a dormir para cuidarlo, pidió el permiso de sus padres quienes se lo otorgaron fácilmente.

Ambos estuvieron un rato más despiertos, para cuando llegó la hora de irse a dormir decidieron compartir cama, pues no era la primera vez que hacían una pijamada y se quedaban a dormir en el mismo sitio. Apagaron las luces y se acostaron.

—No era necesario que hicieras todo esto por mi Ichirouta —Endou interrumpió el silencio de la noche.

—No seas tonto, lo hago porque quiero —respondió con una sonrisa— me gusta pasar tiempo contigo Mamoru, aunque sea teniendo que cuidarte por tus imprudencias —dijo esto último entre risas.

Endou lo abrazó en agradecimiento y así pasaron la noche compartiendo la calidez de las sábanas que los arropaba y la felicidad que inundaba sus corazones.

Y a pesar que dicen por ahí que el amor todo lo puede, al parecer no puede sanar resfríos, pues al día siguiente ambos amanecieron enfermos, pero al menos los hacía sentir mejor haber amanecido juntos.

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Flufftober 2023 (Inazuma Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora